Las actividades náuticas como el
windsurf, el
jet ski, el
wakeboard, paseos en lancha y hasta pesca embarcada de tiburones o en el muelle local con mediomundos son las más disfrutadas durante los meses cálidos del verano. La arena caliente de sus playas invita al beach voley, al fútbol 5, al tenis o al paddle en algunas de las canchas que poseen los balnearios.
Pero Pinamar es, por sobre todas las cosas, sinónimo de aventura y desenfado. En las afueras de la ciudad, en la zona conocida como La Frontera, se pueden realizar cabalgatas, se alquilan cuatriciclos y 4x4. Para los más tranquilos, deportes como el golf, la observación de aves o la visita a los balnearios cercanos (entre estos, la vecina
Cariló, que permite disfrutar de un día distinto inmersos en un gran bosque) son otras de las actividades más elegidas.
De noche, Pinamar conjuga armónicamente desde excelentes restaurantes, pubs y cafés, hasta salidas en grupo a sus famosas discos bailables, siempre disfrutando de las luces y del infaltable rugido de las olas del mar.