Antes de partir de la localidad, contemplamos el policromático cerro siete colores y nos dejamos llevar por la paz que hay en el lugar. Los tonos rojos, verdes, rosados, amarillos, blancos, grises y violáceos se corresponden a minerales como el hierro, cobre, dolomita, azufre, cal, plomo y hematita respectivamente.
Luego emprendimos la larga travesía hasta las Salinas Grandes. Para llegar a esta solitaria región hay que internarse en la R.N. Nº 52 y transitar por el Paso de Jama que conduce a Chile hasta Abra de Potrerillo, donde se encuentran las salinas.
Durante el viaje ibamos ganando altura por un camino que atraviesa caseríos como Quisquira, Patacal y La Ciénaga hasta dar con la sinuosa Cuesta de Lipán. El serpenteante camino asciende en espiral la Cuesta de Lipán hasta los 4140 m.s.n.m., donde el cielo cristalino se entremezcla con la escarcha y los pastizales del sector.
Especies arbustivas como la tola y cactus como el cardón crecen hasta ingresar a la Puna propiamente dicha.