Paseo de Artesanos en la Plaza San Martin

Ya sea en invierno o verano, artesanos de distintos puntos del país llegan a la ciudad con sus coloridos puestos y variados productos.

Los centros urbanos de la Patagonia argentina se caracterizan por dar espacio a los artesanos que, en base a materiales nobles de la zona, realizan y ofrecen sus obras hechas a mano. En la plaza principal de San Martín de los Andes los artesanos esperan a los turistas en sus coloridos puestos callejeros.

Cuando viajamos por placer y encontramos ferias de este tipo, es habitual que deseemos llevarnos algo de la región, un souvenir de viaje. En esta ocasión, recorrimos varias veces esa cuadra donde los puestos están dispuestos sobre ambas aceras dejando un pasillo central que muchas veces dificulta el paso por la gran cantidad de curiosos que buscan lo mismo que nosotros.

Nos detuvimos en cada puesto para afirmar que existen tantas propuestas como artesanos. Unos realizan cuchillos con encavados muy originales, otros son ceramistas y la mayoría realiza bijouterie con plata o alpaca e incrustaciones de piedras semipreciosas.

  • Artesanos de distintos puntos del país

    Artesanos de distintos puntos del país

  • Materiales nobles de la zona

    Materiales nobles de la zona

  • Coloridos puestos y variados productos

    Coloridos puestos y variados productos

  • Una carpa climatizada

    Una carpa climatizada

Nos probamos unos chales, unos realizados a dos agujas y otros en telar mapuche. También nos detuvimos a ver unas lámparas realizadas con madera, muy vistosas y unos mates realizados con calabaza recubierta de cuero.

Una de nuestras hijas se entusiasmó con el trenzado de su cabello y un par de ojotas de cuero muy originales. Los más chicos corrieron hasta los puestos que ofrecían títeres, caleidoscopios y hermosos juegos didácticos realizados con madera.

Los duendes son los personajes que más acaparan la atención, ya que se supone provienen de los bosques patagónicos y cada uno tiene su relato especial. Ciertos duendes realizados con cerámica parecen tener vida propia y asomarse curiosos entre árboles, ramas y hojas.

“Prefiero aprovechar el rato que permanezco en el puesto para seguir trabajando”, nos dice un artesano mientras trenza unas tiras de cuero crudo muy finitas. De esa forma, es habitual que los futuros compradores se detengan a ver cómo manejan sus manos a la vez que consultan sobre su técnica absolutamente artesanal.

Algunos se instalan desde media mañana y otros lo hacen recién a la tardecita, cuando en verano baja el sol y los visitantes vuelven de sus paseos por los alrededores de la ciudad.

Los artistas callejeros van llegando hacia el final de la tarde para realizar sus números musicales o de magia ante los numerosos paseantes. Así, los chicos aprovechan para sentarse en el piso y reírse junto a los payasos y mimos que entretienen a grandes y chicos.

Pasear entre los artesanos y los artistas callejeros es gratuito. Se nos hizo inevitable comprar algo y dejar algunas monedas como colaboración a los intérpretes cuando pasaron la gorra al finalizar su actuación.

Era verano y bien entrada la noche y los alrededores de la plaza eran un espectáculo en sí mismo. Nos contaron que en invierno la temperatura del aire les impone refugiarse dentro de una carpa climatizada. Las estaciones se suceden en San Martín de los Andes y los artesanos nos seguirán impactando con sus habilidades en un punto tradicional del centro de la ciudad.

Autor Mónica Pons Fotografo Eduardo Epifanio

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