Andar a caballo en toda la región de
Tinogasta es la mejor manera de acercarse a los orígenes y a las tradiciones de esta prodigiosa tierra llena de secretos, leyendas y nostalgia.
El folclore de semejante empresa comienza en los preparativos previos a la cabalgata, cuando es necesario ensillar a nuestro compañero de aventuras.
Ahí comienzan las explicaciones de los guías, desde sus nombres y mañas, hasta las aclaraciones acerca de las distintas razas y pelajes, aunque el gran secreto que todos desean conocer antes de montar es cómo se los debe tratar para que obedezcan cada una de las órdenes que vendrán por parte del jinete, a veces experimentado y otras, no.
Todas estas referencias van sirviendo para que los visitantes se familiaricen con los caballos y dejen de lado sus miedos y prejuicios. Estos conocimientos previos despiertan el ánimo de montar y de encarar estos parajes espectaculares, donde el adobe comienza a volverse una palabra constante.
Adobe; primer plato y postre
La palabra “adobe” es en esta región tan famosa como la palabra “Maradona”. Aquí, para orgullo de todos, se ha creado lo que en todo Catamarca ha comenzado a conocerse como "la Ruta del Adobe". Sumergirse en ella a caballo es algo imperdible.
Llegado el momento en que todos estamos listos, la cabalgata comienza en forma lenta; se trata más de una caminata con caballos que del galope al que pronto nos iremos acostumbrando. Hay a quienes les gusta trotar, galopar e incluso correr, mientras muchos otros, por el contrario, prefieren un andar suave que les permita simplemente vivir un momento diferente, nada más. Para ellos están los caballos nobles, de ello se trata Tranco Manso, tal como suena su nombre.
Tinogasta tiene lugares muy particulares para recorrer y casi todas las cabalgatas organizadas van hacia ellos. Puede haber recorridos de dos a cinco horas o bien cabalgatas que duran días en las que es posible hacer noche en viejos puestos o con carpas provistas por los mismos organizadores.
Entre estos se destacan Cerro Negro, cuya iglesia es una de las más atractivas de la zona, o parajes casi desconocidos como El Salado, Cordobita y el Pueblito, entre tantos otros más.
Los lugares
El que se lleva todos los aplausos es el recorrido que culmina en la iglesia de adobe de Andacollo; es parte fundamental de la ruta del adobe y uno de los sitios más hermosos para conocer. Al igual que la pequeña iglesia ubicada en la pequeña localidad de El Paso, le da magia a un recorrido que logra transportarnos siglos atrás en el tiempo.
Estos lugares antes permanecían descuidados, hoy han vuelto al presente para ser valorados por todas las historias y leyendas que se tejieron sobre ellos. Y si encima se los conoce a caballo, la experiencia es majestuosa.