Luego de varios desembarcos de exploración en la costa, la Real Armada Española bautizó Isla del Jabalí a estas tierras por la gran cantidad de cerdos salvajes (similares a los de la vieja Europa) que las habitaban.
De una inhospitalidad inusual, estas tierras fueron siempre poco pobladas, ya que no presentaban riquezas como tampoco fuentes de trabajo para quienes las habitaran. La presencia de pescadores artesanales fue siempre una de las postales clásicas de Bahía San Blas.
La conciencia ecologista logró que la zona fuera declarada Reserva Natural Bahía San Blas: el área protegida se extiende desde la desembocadura del río Colorado Viejo, por el norte, hasta el faro Segunda Barranca, por el sur.
Bahía San Blas es un gran humedal que presenta una buena diversidad de ambientes acuáticos ideales para disfrutar en familia. Zonas fangosas, playas de arena de cantos rodados, bancos de arena suave, altas dunas y un interminable número de islas, entre las que se destacan la Gama, Flamenco, De los Césares, De los Riachos, del Sud y Jabalí.
Esta última es la única que está unida al continente por un puente carretero y en ella se encuentra la localidad de Bahía San Blas.
La ley 10.097, sancionada en el año 1987, la declaró reserva y en el 2001, mediante la ley provincial 12.788, se la nombró "reserva de usos múltiples", en aplicación de la nueva normativa.
Dicha ley prohíbe la caza, la actividad pesquera y la minería; mediante un decreto solamente quedó permitida la práctica de pesca deportiva y los deportes acuáticos. Un paraíso para ambas actividades.
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