Hasta hace algunos años atrás, los chicos pasaban las horas jugando al fútbol en la canchita o baldío del barrio.
A estos lugares se los llamo “potreros” y allí, los primeros representantes de jugadores observaban a las futuras promesas para llevarlos a debutar a los clubes importantes del momento.
Hoy, las nuevas tecnologías lograron que el potrero sea reemplazado por la Playstation y que allí, también en equipo el fútbol se vuelva protagonista pero esta vez jugándolo virtualmente.
Lo paradójico es que muchas veces, las jugadas que se hacen en el juego después se incorporan al fútbol real, al de los domingos. El genial Messi es para muchos un fiel ejemplo de un jugador que puede hacer en la cancha lo mismo que en la Play.
Allí esta la magia de Messi, hay que jugar a la Play para entender semejante belleza.
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