La propuesta era realizar una caminata que, además de ser un ejercicio físico fantástico, nos permitiera alcanzar dos interesantes destinos turísticos muy cerca de la villa.
El mirador Belvedere y la cascada Inacayal, ambos en tierra mapuche, eran nuestro objetivo. El día fijado, tan pronto como terminamos el desayuno, armamos una pequeña mochila con agua, gaseosas y unas barritas de cereal y hacia allí nos dirigimos.
Seguimos el plano de ubicación, dejamos nuestro vehículo estacionado en el lugar previsto y nos aprestamos a ingresar en ese tupido bosque que teníamos al frente y que nos maravilló por lo alto y abigarrado.
En el mismo punto de ingreso al predio encontramos el sendero que, desde el comienzo, presentó el principal escollo del paseo: una cuesta bastante empinada que prometía un esfuerzo importante a nuestro cuerpo.
Nos maravilló el color dorado del ambiente. La entrada de luz entre las ramas de los árboles y el colchón de hojas caídas en otoño se unían y formaban un camino mágico.
Sin darnos cuenta, dejamos de charlar y reírnos entre nosotros ya que el esfuerzo se hacía sentir y fue necesario reservar el aire para no cansarnos demasiado.
+ Info:
http://www.welcomeargentina.com/villalaangostura/mirador-belvedere-inacayal.html