
El recorrido es relativamente corto. A los 3 kilómetros se dobla a la izquierda por un sendero de tierra roja que conduce hacia uno de los sectores menos conocidos del parque.
El camino serpentea por este desierto que hace 225 millones de años era un bosque tropical con grandes lagunas y una nutrida fauna autóctona, según nos fue contando nuestro guía. La camioneta comienza a recorrer un lecho seco, en este caso del río Guabo, que forma una verdadera autopista de arena de dos kilómetros de largo.

“Talampaya” significa “río seco del tala”: el nombre con el que los pueblos originarios bautizaron la zona da cuenta clara de que estos ríos permanecen secos durante gran parte del año y que solo se vuelven ríos cuando llueve, lo cual ocurre muy poco. Por eso, se los usa como caminos para llegar de un sitio a otro.
´+ Info:
http://www.welcomeargentina.com/larioja/ciudad-perdida-talampaya.html