En el departamento de Calingasta, al suroeste de la provincia de San Juan, se encuentra la localidad de homónima (conocida también como Villa Calingasta), sobre la margen izquierda del río de los Patos. Se trata de un pequeño pueblo en el valle conformado por la cordillera y la precordillera, donde la vida se desarrolla a un ritmo tranquilo y la hospitalidad de los sanjuaninos se manifiesta en cada rincón.
La historia de Calingasta se remonta a tiempos precolombinos, cuando la región estaba habitada por poblaciones indígenas, que dejaron su huella en la zona a través de su cultura y tradiciones. El nombre proviene de la lengua huarpe: “Calin” nombre de un jefe o cacique y “gasta”, pueblo o nación.
En la actualidad, la economía de Calingasta sigue siendo principalmente agrícola, ganadera y minera, con el turismo ocupando un espacio cada vez más relevante. Al igual que en otras localidades vecinas, los yacimientos minerales son una fuente importante de ingresos y empleo para la comunidad local. En cuanto al turismo, Calingasta ha experimentado un crecimiento significativo en las últimas décadas debido a su belleza natural y su clima templado y días soleados la mayor parte del año.
Uno de los principales atractivos es el Parque Nacional El Leoncito, hogar del Observatorio Astronómico Félix Aguilar y del Complejo Astronómico El Leoncito. Este enclave astronómico es famoso por su cielo nocturno excepcionalmente claro para la observación estelar y la investigación científica. Además de su importancia científica, el parque es un destino popular para los amantes de la naturaleza y el ecoturismo. Sus paisajes montañosos brindan el escenario perfecto para una variedad de actividades al aire libre, como senderismo y observación de aves.
Para aquellos aventureros que buscan desafiar sus límites y sumergirse aún más en la belleza salvaje de la cordillera, el valle de Calingasta propone una travesía única: el Balcón de los Seismiles. La expedición comienza en la base del cerro Mercedario, la cumbre más alta de la provincia de San Juan, y conecta con Laguna Blanca, glaciar Caballito, arroyo Turquesa, campamento base Guanaquitos, hasta alcanzar el balcón con vistas maravillosas de los picos de la cordillera.
Entre los destinos de visita obligada se encuentran el cerro Siete Colores y el cerro Alcázar, dos joyas naturales que destacan en el paisaje de Calingasta. Ambos son puntos de referencia para la comunidad local, que los celebra a través de festivales y eventos culturales que resaltan el esplendor de la naturaleza.
Un sitio de interés que muestra la importancia histórica de la minería son las Ruinas de Hilario. Se trata de los restos de una instalación metalúrgica dedicada a la fundición de plata, promovida e inaugurada por Domingo Sarmiento. El gobierno provincial puso en marcha un proyecto de puesta en valor de las ruinas como atractivo turístico.
Estos paisajes sanjuaninos de relieves accidentados también tienen un significado histórico, habiendo sido testigos de la gesta del general San Martín en el cruce de los Andes por el Paso Los Patos. Recorrer estos mismos caminos es seguir los pasos de aquellos que desafiaron los límites y lucharon por la libertad de sus pueblos, una oportunidad para desconectar del mundo moderno y aferrarnos a nuestro propio espíritu aventurero.
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