Eldorado, pasado aborígen Según los estudios hechos en excavaciones y rescates arqueológicos en zonas como
San Ignacio,
Eldorado,
Apóstoles, San Pedro, etc., se estima que el territorio misionero fue habitado unos 10.000 años atrás. Lo cierto es que hay muy pocos datos. La mayor información proviene de hallazgos arqueológicos como el del arroyo Tres de Mayo, en donde, en una cueva natural cercana al arroyo, se encontraron hachas de mano y otros instrumentos de piedra de talla semejante a los del paleolítico europeo. Los aborígenes guaraníes que habitaban este suelo eran cazadores-recolectores y agricultores (su principal cultivo era la mandioca). Los nativos que hoy habitan
Misiones son los Mbayá, uno de los tres grandes grupos étnicos que originalmente componían el pueblo guaraní propiamente dicho. Los primitivos guaraníes desarrollaron tres tipos de asentamientos: casas-pozo y terraplenes complementados con montículos funerarios, campamentos y campamentos temporarios en cuevas. Confeccionaban piezas de cerámica simple: cuencos y ollas de bases redondeadas y vasos cónicos y cilíndricos. Los tiestos, pulidos, eran lisos, de color castaño rojizo oscuro y decorados con motivos geométricos (líneas paralelas, horizontales y transversales). Realizaban también grandes hachas líticas alisadas y manos de mortero. Las familias tenían una organización de tipo patriarcal absoluta y estaban bajo el mando de un jefe o cacique al cual llamaban
Tubicha. En diciembre de 1527, remontando el río Paraná, Sebastián Caboto se encontró con los saltos de Apipé. En 1541, Álvar Núnez Cabeza de Vaca descubrió las
Cataratas del Iguazú y en nombre de la corona tomó posesión de las tierras, dando comienzo así a una nueva etapa en la historia de Misiones. A principios del siglo XVII, los conquistadores intentaron imponerse por la fuerza, pero se les opuso una fuerte resistencia por parte de los indígenas. El gobierno español decidió ensayar otra estrategia colonialista y encargó la catequización de los aborígenes a la Compañía de Jesús. Se inició así un proceso de concentración de la población hacia fines de 1637, con las reducciones. La reducción era un pueblo integrado por comunidades indígenas reunidas para ser evangelizadas. Según el sacerdote jesuita Antonio González Dorado, tres eran los objetivos del sistema de reducciones: 1) la conversión al cristianismo de los infieles; 2) la salvación de los aborígenes; 3) la pacificación entre españoles y aborígenes. El cacicazgo era una institución tradicional guaraní que se mantuvo en las reducciones. En algunos pueblos había hasta 50 caciques. Cada uno velaba por sus súbditos, esta tarea se convirtió en noble competencia para mejorar cada grupo. La reducción se dividía en barrios y cada barrio era uno o varios cacicazgos. Carlos III, rey de España, por Real Cédula del 27 de febrero de 1767 firmó la expulsión de los jesuitas de todos sus dominios. La orden fue ejecutada por Bucarelli, quien en ese entonces, agosto 1768, fuera gobernador de Buenos Aires. Los jesuitas y los guaraníes acataron pacíficamente dicha ejecución. En el año 1876 el presidente Nicolás Avellaneda promulgó la Ley de Inmigración y Colonización. Esta ley fomentaba la inmigración de colonizadores europeos con el fin de poblar los extensos territorios vírgenes de la Argentina. Para dar cumplimiento a esta ley, se crearon diferentes compañías colonizadoras. Una de ellas fue la cía. Eldorado Colonización y Explotación de Bosques Ltda. S.A. de Adolf Schwelm. Así es como Eldorado fue fundada el 29 de septiembre de 1919 por don Adolfo J. Schwelm, con puerto sobre el Alto Paraná. Son características sus colonias agrícolas y chacras experimentales, las plantaciones de naranjas y pomelos y la cosecha de yerba mate, los molinos y secaderos para ese producto.