Jesús María, pasado de Estancia. En todo el ámbito de las Sierras cordobesas habitaban los comechingones y sanavirones, pueblos primitivos de la región que se dedicaban al cultivo del maíz, porotos, zapallo y papa. También eran criadores de animales como la llama, eran de costumbres sedentarias y sus viviendas construidas en paja y madera eran a veces semienterradas o en cuevas. Para la caza y la pelea usaban boleadoras y su físico se destacaba por la gran estatura. Con la fundación de Córdoba en 1573 comenzó la hispanización de los comechingones. La Compañía de Jesús llega a la provincia de Córdoba en 1599. El punto de partida de esta ciudad cordobesa, se fija en la cesión de una merced de tierra al encomendero español Pedro de Deza por parte de Lorenzo Suarez de Figueroa, en el año 1575. Tras la muerte de Deza, la propiedad pasa por varias manos hasta que en el año 1618, concretamente el 15 de enero, los jesuitas en la persona de Pedro de Oñate compran al Alférez Real, Don Gaspar de Quevedo, la Estancia Guanusacate, a la que dan el nombre de Jesús María. La Estancia Jesús María fue el segundo núcleo productivo del sistema organizado por la Compañía de Jesús a partir de 1618. Esta estancia se caracterizó por su producción vitivinícola, que se ha prolongado en el tiempo constituyendo una característica de la zona. Además de elaborar vino se realizaban otras actividades como: la ganadería, los dos molinos corrientes y un batán, y dos telares de cordellate. También se cultivaban otros productos como: manzanas, granadas, melocotones, duraznos, trigo, maíz, cebada, azafrán, garbanzos, lentejas, quinoa, habas y arvejas. Durante el primer tercio del siglo XVIII, conjuntamente con el auge económico de la estancia, comenzó la construcción de los sectores más destacados del edificio, ya que en el momento de adquisición de la misma las construcciones existentes eran de adobe y paja. En 1767, con la Real Pragmática de Carlos III, rey de España, los jesuitas son expulsados y todas sus posesiones pasan a ser administradas por la Junta de Temporalidades. Desde la expulsión de la Compañía hasta 1775, la Estancia fue administrada por la Junta de Temporalidades. El control de esa gestión no resultó muy eficiente y poco a poco el establecimiento cayó en el abandono. Sale a remate en tres oportunidades y en todas los interesados forman parte de la familia de don Félix Correa de Larrea, finalmente la compra su hijo Orencio. Posteriormente Pío León compra una gran parte de las mismas, ciudadano paraguayo que desde hace tiempo vive en la región y se casó con Doña Saturnina Berrotarán, ciudadana cordobesa. Ya en el año 1860, León se desempeña como autoridad en el departamento Totoral. En 1868 con la construcción de la vía férrea entre Córdoba y Tucumán, Pío León ve propicia la oportunidad para lotear los terrenos que se encuentran adyacentes al próximo camino de hierro, y para cumplimentar esta idea, encarga los trabajos correspondientes a la misma empresa que construye el ferrocarril: Telfener y CIA. En septiembre de 1873 el loteo está listo y comienza a venderse de a cuatro lotes por manzana, momento en el que nace una nueva población en terrenos de la Estancia Jesús María, ubicado sobre la margen derecha del río. Jesús Maria fue fundada oficialmente en 1878, siendo la Estancia Jesús María, el punto de partida para el desarrollo de la ciudad que hoy lleva su nombre. El Gobierno de la provincia crea la Municipalidad en octubre de 1880, con jurisdicción en todo el departamento Anejos Norte. El primer gobierno fue un triunvirato a cargo de los vecinos Pío León (hijo), Antonio Bottazzini y Cástulo Peña. La nueva ley de Municipalidades de 1884, proclama la figura del intendente y los vocales , siendo el primer intendente Pío León (hijo). El 14 de mayo de 1941, se declara a la antigua Estancia Jesuítica de Jesús María, Monumento Histórico Nacional.