 Mónica Pons  Eduardo Epifanio
Un taller luminoso por la cantidad de sus ventanales pero también por la perfección de las piezas logradas por este iluminado personaje que llegó hace más de una década para quedarse. |
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Jorge Virasoro vive muy cerca del centro cívico, pero sus visitas al pueblo son pocas y esporádicas. Todo lo que necesita está allí, en ese entorno magnífico; su casa y su taller parecen ser el leitmotiv de su vida.
Jorge tiene un hermoso bosque como telón de fondo y una pradera con vista al lago Traful frente a su vivienda. A su cabaña no le falta ni le sobra nada. A unos pocos metros, su amplio y luminoso taller sobre el arroyo lo identifica con su actividad diaria: la creación.
La madera es la herramienta con que logra ser él mismo. Allí no vimos piezas terminadas, pero sí mucho material e infinidad de dibujos. Son el paso previo en el proceso de iniciación de los objetos.
Mate en mano, mantuvimos una charla con él mientras seguía con su trabajo habitual. De fondo, música clásica con predominio del violín.
Conocimos su opinión acerca del proyecto Ruta de Artesanos. Jorge nos confirmó su apoyo a la inquietud de un grupo de alumnos de 5° año de un secundario de la localidad, alentándolos para que desarrollaran sus ideas.
Enamorado de la música, disfruta de su entorno natural acompañado por sus acordes clásicos. Logra de la madera su mejor veta, tersura infinita y brillo natural. Cada elemento que sale de sus manos es único. |
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Volver a nacer
Se llama a sí mismo ermitaño pero reconoce tener amigos de muchos años que siempre le han tendido una mano. Un problema de salud y mucho cansancio lo alejaron de su actividad original al frente a una empresa constructora en una gran urbe.
Quiso abrazar otra forma de vida y, estando en Villa Traful frente a una chimenea encendida, tomó el cortaplumas y comenzó a darle forma a un palito de radal. Como era habilidoso, varias piezas sencillas se formaron en sus manos.
Corría el año 1992 y fue el inicio de lo que hoy hace en forma continua, pero con sus propios tiempos. Al principio, regaló a sus amigos lo realizado. En algún momento, una exposición de sus trabajos le abrió puertas y comenzó a vender sus realizaciones.
Siente placer al realizar todos los días tareas disimiles y dar rienda suelta a su imaginación para lograr nuevas ideas, nuevos conceptos. Imagina, proyecta, dibuja y pone manos a la obra un trabajo a la vez. Hasta que lo termina y lo entrega a quien se lo encargó.
Jorge elige piezas que le imponen muchos días de elaboración para lograr algún detalle destacado. Ese es su incentivo y finalmente lo consigue. Aborrece la rutina y no realiza trabajos en serie.
En sus manos, vimos los inicios de una caja de backgammon y las distintas piezas que compondrían ese juego a medida que fuera ensamblando los tipos diferentes de madera. Cada una le aportaría su color, su veta particular y hasta las bisagras de la caja serían de ese mismo material. |
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En su bagaje de conocimientos ha acumulado algunos “secretos” que hacen que las piezas cumplan la finalidad para lo cual han sido creadas. Prueba y error son sus premisas. Tiempo, arte y maderas bien estacionadas son elementos imprescindibles para lograr el cometido.
Cariñoso, entusiasta, ama su profesión y afirma que nada está hecho “más o menos” o “porque sí” o “como te salga”. Fundamentalmente, es un tema de principios y respeto por una elección de vida.
“¿Computadora? Sí, tengo. Me permite almacenar y revivir todos los trabajos que pasaron por mis manos y de los que estoy orgulloso porque me llevaron muchos días de recorte, pulido y ensamble de piezas pequeñas. También guardo muchas horas de música sin la que no podría respirar”, nos dijo con cierta energía en sus palabras.
Se entabló una rica conversación acerca de “manualistas” y “artesanos”. Sus piezas ya terminadas, sus cuatro hijos y nietos son parte de esa colección privada a la que sólo él tiene acceso.
Dejamos seguir trabajando a este hombre de apellido vasco pero con raíces alemanas y escocesas por parte de su madre que, rodeado de una naturaleza incomparable, vive para sus creaciones.
El sonido profundo del corno inglés salía de su equipo de audio. El aroma de las distintas maderas nos despidió luego de haber compartido un momento inolvidable con un artista: Jorge Virasoro. |
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