Los Guaycurúes eran el grupo aborigen integrado por los tobas, abipones, pilagás y mocovíes que vivían en la región. Eran cazadores de pecaríes y tapires, recolectaban algarrobo, chañar, mistol, higos de tuna y cogollos de palmera, también practicaban la pesca con redes. En el preciso lugar donde hoy esta
la ciudad, no había asentamiento estable de aborígenes pero si en la zona circundante. Nacida hacia 1665 como una pequeña aldea rural del Pago de los Arroyos, al sur del río Caracarañá , fue creciendo lentamente. El 29 de agosto de 1689, el Capitán General Don José Heffera y Sotomayor le dió a Juan Romero de Pineda la Concesión de estas tierras. Después de su muerte, éstas fueron divididas entre sus hijas. A Juana Romero de Pineda le correspondió en herencia el Sector Territorial donde se encuentra la actual Villa Gobernador Gálvez. El Capitán Don Luis Romero de Pineda toma posesión de la Merced del Saladillo, en 1689, luego Pago de los Arroyos y forma su estancia de la Inmaculada Concepción. En 1702, el Capitán Domingo Gómez Recio funda la Capilla de la Concepción en el Pago de los Arroyos . En 1723, arriban grupos de calchaquíes que reducidos anteriormente en la zona del Salado, debieron trasladarse por agresiones de otros indígenas. Fueron agregándose otros pobladores en torno a la capilla y junto a las barrancas del Paraná, algunos de ellos provenientes de una Santa Fe asediada por los indígenas y otros atraídos desde el norte de Buenos Aires. Cuando en esta zona fue creciendo la riqueza ganadera, se hizo necesario deslindar la Jurisdicción sobre la misma, estableciéndose el límite en Arroyo Del Medio: al Norte, jurisdicción del Cabildo de Santa Fe; al Sur, jurisdicción del Cabildo de Buenos Aires. En 1725, se nombra un alcalde permanente y en 1730 las autoridades eclesiásticas, junto con el gobernador del Río de la Plata, disponen la creación del Curato de los Arroyos. El 23 de octubre de 1730 el Cabildo de Buenos Aires por solicitud del Gobernador y Capitán General del Río de la Plata Don Bruno Mauricio de Zabalía, crea la Parroquia del Pago de los Arroyos. Entre los años 1733 y 1742 se destaca la figura del Teniente de Gobernador Francisco J. Echague y Andía, poseedor de un profundo conocimiento de los indios, quien logra la paz con los pueblos mocovíes y abipones, por los que es respetado, del mismo modo que por los vecinos y demás integrantes del Cabildo. Hasta su muerte trabajará incansablemente por sostener la pacificación y por reactivar la vida económica y el poblamiento de la región. En 1740 se vende la Estancia de la Concepción y es el Capitán Santiago Montenegro quien compra la franja que flanquean los arroyos Saladillo y Ludueña, y hace donación de un lote a la Santisima Virgen del Rosario para su templo . En 1757, comienza a usarse el título de "Parroquia Nuestra Señora del Rosario, Curato de los Arroyos", siendo cura párroco el Dr. Francisco de Cosio y Terán. El 27 de febrero de 1812 el Gral. Manuel Belgrano procede a la Creación de la Bandera Nacional bajo el amparo de la Virgen del Rosario. En 1819, el poblado de Rosario es incendiado por las tropas de Buenos Aires mandadas por Juan Ramón Balcarce, salvándose del incendio la capilla. En 1823, la aldea es honrada con el título de "Ilustre y fiel Villa del Rosario" contando con 1000 habitantes y en diciembre, las autoridades civiles y el pueblo juran solemnemente la Virgen del Rosario como patrona. El 5 de agosto de 1852, el gobernador Domingo Crespo promulgó la ley que declaró a Rosario como ciudad. Esta fecha se considera fecha de fundación aunque, sin lugar a dudas, la misma fue el producto de muchísimos años de avatares históricos que sucedieron en el lugar. Los rosarinos participaron activamente en el proceso que condujo a la organización constitucional del país, por cuanto los vecinos de la hasta entonces Villa del Rosario, coadyuvaron en forma decisiva a la campaña de Caseros, sublevándose y marchando a combatir con el general Justo José de Urquiza. Hasta entonces, la villa había sufrido la postergación del centralismo de Buenos Aires. Su puerto natural, que le brindaba excelentes perspectivas desde el punto de vista del libre comercio, había sido cerrado a los buques extranjeros por un decreto del gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas del 22 de enero de 1841. Por esta disposición se impidió la navegación por los ríos Paraná y Uruguay a los buques que no tenían patente argentina , postergando las aspiraciones del pueblo rosarino por diez años. Tras la batalla de Caseros, en la que combatieron dos batallones de rosarinos bajo las órdenes del teniente general Juan Agustín Fernández y del mayor Dámaso Centeno, los sueños de este pueblo comenzaron a concretarse. El 20 de diciembre de 1858 la legislatura provincial sancionó la ley de Constitución de la Municipalidad de Rosario, compuesta de diez municipales y tres suplentes, presidida por el Jefe Político del Departamento, autoridad electa desde
Santa Fe.