Siempre la ajetreada vida de Ernesto Che Guevara resulta interesante y es en la casa que ocupó la familia durante su infancia en Alta Gracia que descubrimos otra faceta: la de sus inquietudes adolescentes.
Nos sumamos a una caminata guiada desde el centro hacia el barrio Carlos Pellegrini, pasando por el Sierras Hotel y varias de las casas donde vivió el Che. Belén, nuestra guía, se ocupó de revelarnos detalles familiares que se hicieron conocidos a través de los años.
Llegamos a Villa Nydia, una sencilla vivienda con la clásica galería cordobesa y ambientes amplios donde la familia Guevara habitó durante varios años. Allí, el aire puro y seco cordobés le permitió a Ernestito reponerse de su asma crónica.
El recorrido por las salas sigue la cronología de su vida, destacando a aquellas personas que lo marcaron y que lo fueron moldeando desde muy niño.
Al traspasar los distintos ambientes, van apareciendo sus amigos más apreciados. Uno de ellos es Alberto Granado y en un rincón de la sala está la moto Norton 500 cc, “La Poderosa”, en la que viajara con él en busca de sus sueños en diciembre de 1951. Pudimos leer una popular frase de Ernesto: “Ese vagar sin rumbo por nuestra mayúscula América me ha cambiado más de lo que creí”.
Junto a su amigo y compañero inseparable de la temprana edad Carlos “Calica” Ferrer, realizó un viaje revelador por distintos países americanos y compartieron un pensamiento libre y revolucionario basado en lograr que los pueblos alcanzaran su autodeterminación. Ya casado con su compañera de viajes Hilda Gadea, fue en Guatemala que lo apodaron “Che” por su nacionalidad argentina.
+ Info:
http://www.welcomeargentina.com/altagracia/museo-ernesto-che-guevara.html