La historia es así de simple. Enero de 1986, previó a lo que sería el Mundial de fútbol, el entonces entrenador de la Selección Nacional, Carlos Salvador Bil
ardo, busca un lugar “tranquilo” y “alejado” de todo y de todos, para entrenar a sus muchachos.
El destino es la jujeña Tilcara, dónde durante diez días gran parte de la que luego sería la Selección comienza a entrenarse usando como sparrings a los propios pobladores de ciudad. Para ese entonces, nadie confiaba ni en Bilardo, ni en los jugadores. Ni los periodistas, ni la mayoría de los argentinos, que habían visto lograr la clasificación al Mundial gracias a un gol sobre la hora en las sufridas eliminatorias previas.
Lo cierto es que los pobladores locales, al familiarizarse con los jugadores, comenzaron a contarles sus costumbres, vivencias y creencias, entre estas últimas, los milagros que la Virgen de la zona les concedía cada vez que le pedían un deseo o imploraban un favor.
Y así fue que llegó el pedido de los visitantes: Si ganaban la Copa del Mundo (cosa que luego sucedería), volverían a agradecerle a esta pequeña pero poderosa Virgen.
Los Campeones del Mundo nunca volvieron a Tilcara, y así la promesa quedó incumplida. Los tilcareños aún esperan la presencia del técnico y de esos jugadores. No para recriminarles nada, sino para volver a recordar viejos tiempos y para ver si nuevamente volvemos a levantar el tan ansiado trofeo, esta vez en Brasil 2014.
¡¡¡Vuelvan por favor!!!... Messi no tiene la culpa.
¿Querés conocer más de Tilcara?
http://www.welcomeargentina.com/tilcara/paseos.html