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Ubicadas a escasos kilómetros entre sí, una historia común escrita por la aparición del petróleo y de restos fósiles de dinosaurios les ha dado vida a ambas y las hizo protagonistas en esta zona de paisajes duros, agrestes y de fuertes vientos, característicos de la estepa patagónica.
Ambas se ubican en la ruta Nº 22, a medio camino hacia Zapala viniendo desde la ciudad de Neuquén, y son un fiel reflejo de las características climáticas y orográficas de la estepa neuquina, famosa por sus fuertes y constantes vientos.
Para los pueblos originarios, el nombre de “Plaza Huincul” significa “posta o paradero de la loma”, mientras que cuando nos referimos a “Cutral Có” quienes conocen el dialecto originario hablan de “una aguada del fuego”.
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Estas dos ciudades han revalorizado sus propios atractivos turísticos para acercar el turismo a los yacimientos petrolíferos y a los restos fósiles de grandes dinosaurios que fueron apareciendo al hacer perforaciones para encontrar el petróleo.
Sus pequeños pero fascinantes museos, sus plazas y calles, y sus alrededores más, entre los que aparece Villa El Chocón, han logrado en los últimos años que Cutral Có y Plaza Huincul convoquen a distintos visitantes que ya han comenzado a tenerlas en cuenta turísticamente.