“Loma de descanso” o “Loma chata” bautizaron los mapuches esta región de la meseta neuquina. A 104 kilómetros de la capital de provincia, esta ciudad pegada a Cutral-có ha crecido en torno a los yacimientos petrolíferos de la región y gran parte de sus atractivos están ligados a ese origen y a la geografía desolada que esconde sus tesoros bajo tierra.
Por esta razón, iniciamos el recorrido en el pozo termal “La Curva”, que se encuentra a 6 kilómetros de la ciudad. En este lugar, al cual se accede por la ruta nacional 22 en dirección a Neuquén, emergen aguas mineralizadas con propiedades terapeúticas que permiten realizar diferentes tratamientos de salud y estética. Además de los beneficios termales, también se pueden apreciar troncos petrificados, vestigios de los cambios geológicos de la región.
Luego de disfrutar del complejo termal, tomamos la ruta nuevamente hacia la ciudad y en la rotonda doblamos hacia el Norte (a la derecha) para visitar el Pozo 1. Es en este sector donde comenzó casi todo, ya que allí un 29 de octubre de 1918 se realizó la primera perforación en busca de petróleo.
El Pozo 1 cuenta el pasado de la actividad y de la refinería estatal YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), que en la actualidad pertenece a la compañía privada Repsol YPF.