Cuando allá, por los primeros años del 1900, todavía en el mundo no existía el concepto que hoy tenemos del turismo, un grupo de visionarios, argentinos e ingleses, comenzaba a levantar los cimientos de un sueño inmenso.
Tan grande y majestuoso fue que aún hoy, a más de cien años, convertido en ruinas y abandonado al paso del tiempo, sigue atrayendo huéspedes que se contentan con sólo recorrer sus pasillos, sus salones y lo que quedó de sus exóticas y extravagantes habitaciones.
En una de sus visitas a Sierra de la Ventana, el dr. Félix Muñoz, médico especialista en enfermedades respiratorias, encontró un clima tan sano que facilitaría la cura de enfermedades de tipo respiratorio y nervioso. Enseguida tuvo una idea: construir allí un gran hospital sería una buena inversión a futuro.
El Dr. Manuel Láinez, amigo del dr. Muñoz y dueño de una importante cantidad de tierras en Sierra de la Ventana, decidió interesar en el proyecto a la compañía británica Ferrocarril del Sud.
El ramal de esta empresa que atravesaba la pampa hacia el Sudoeste en dirección a Bahía Blanca estaba dando por aquel entonces muchas ganancias a los ferrocarriles británicos, de modo que vieron en el proyecto del dr. Muñoz una excelente oportunidad para incrementar aún más el tráfico de pasajeros por esta bella zona: la construcción de un enorme y fastuoso complejo hotelero. Impensado, no sólo para la Argentina que se estaba formando, sino también para la vieja Europa que todavía no sabía qué significaba la palabra “turismo”.
Seguí esta historia:
http://www.welcomeargentina.com/sierradelaventana/club-hotel-sierra-ventana.html