La Costa Atlántica fue siempre el lugar soñado por muchos para tener un departamente o casa para pasar las vacaciones, y esperar que llegue el finde largo para huir desesperadamente a él.
En los últimos años, a este sueño argentino, se le han sumado cabañas, hoteles, hosterías y aparts que aunque no tengas tu propio hogar de veraneo te proponen una variada oferta hotelera para que igual cumplas tu sueño.
Aún en Otoño, y con un mar mucho más frio que durante la temporada de verano, las pequeñas ciudades de la costa atlántica gozan de argumentos para justificar un viaje.
La posibilidad de disfrutar de caminatas, tanto por sus costaneras o bien tierra adentro, en la pasividad de sus calles, bosques y senderos, son atractivos que despiertan una escapada cualquiera sea la fecha del año elegida para viajar.
La provincia de Buenos Aires, a lo largo de toda su costa marina posee excelentes ciudades.
Si partis de la ciudad de Buenos Aires la primer urbe que nos indica que "estamos en el mar" es San Clemente del Tuyú, quién oficia de entrada al partido de la Costa, en el que están agrupadas pequeños pueblitos que lentamente se fueron convirtiendo en ciudades, hoy habitadas por vecinos estables todo el año.
Más al sur, luego de dejar Mar de Ajó aparecen varios kilómetros deserticos (ideales para la practica de actividades de aventura) hasta que llegamos a Pinamar, Villa Gesell, Mar de las Pampas y otros, antesala perfecta de la gran Mar del Plata.
Distintos, iguales, parecidos, todos tienen en común el mar, y es ese, el mismo mar que durante todo el año atrae, como un imán inigualable, a miles de visitantes que lo buscan para relajarse, desentenderse de todo y soñar por un rato.