Esta localidad es conocida como “La ciudad de la familia”. Concentra la vida nocturna por excelencia de los balnearios del Atlántico argentino. Tiene una gran cantidad de boliches bailables para adolescentes y jóvenes y una nutrida propuesta para los más grandes, con cine, teatros y bingo.
Nuestro recorrido por los balnearios del Atlántico argentino nos lleva ahora a este lugar conocido popularmente como “La ciudad de la familia”.
Chiozza es el nombre de su calle principal, que corre paralela al mar y que durante las tardecitas y noches de verano se transforma en peatonal. Su nombre se debe a Juan Carlos Chiozza, uno de los fundadores de la localidad.
En 1942, junto a un grupo de amigos proyectó la creación en las playas de Ajó, una nueva localidad balnearia. El proyecto tomó forma entre 1943 y 1962 con el desarrollo inmobiliario y comercial y su nombre recuerda la antigua estancia de Bernardo Duhau, llamada San Bernardo.
San Bernardo está flanqueado por otros dos balnearios. Al norte, Costa Azul; al sur, Mar de Ajó. Sin embargo, los tres quedaron unidos gracias al desarrollo inmobiliario y comercial de esta zona de la costa argentina.
Iniciamos nuestro recorrido ingresando por la avenida San Bernardo, la arteria principal (junto con Chiozza), la más ancha del balneario, que corre en sentido perpendicular al mar.
Antes de toparnos con la Plaza de la Familia, donde en uno de los laterales luego descubrimos un importante paseo de artesanos, está la zona de mayor vida nocturna. En las tres cuadras que anteceden a la plaza se encuentran los boliches bailables de San Bernardo, donde durante los meses de enero y febrero se concentra la vida social nocturna de los más jóvenes.
En la plaza hay un anfiteatro y allí se realizan diversos espectáculos, además de celebrarse la Fiesta Nacional del Sol y la Familia. Esta fiesta es uno de los eventos más populares de la localidad. Se realiza todos los años el tercer fin de semana de diciembre y dura tres días. Se llevan a cabo distintas actividades culturales y artísticas, un desfile de carrozas e instituciones, elección de la reina y espectáculos locales, regionales y de nivel nacional.
Una vez pasada la plaza, San Bernardo continúa hacia el mar flanqueada por grandes árboles, confiterías y restaurantes.
Llegamos a Chiozza, la esquina símbolo de San Bernardo. Hacia la derecha se extiende el eje comercial, donde vimos una gran concentración de galerías con casas de reconocidas marcas.
Por las tardes y las noches, esta calle se transforma en el paseo elegido por la mayoría de los turistas del lugar y de los balnearios cercanos por su gran cantidad y variada oferta de cines y teatros, como así también de entretenimientos para los chicos, con los videojuegos, y para los grandes, con el bingo.
El eje comercial se extiende hasta la avenida Belgrano, donde comienza Mar de Ajó.
Volviendo sobre nuestros pasos por la avenida Costanera, que está asfaltada, también encontramos una buena cantidad de confiterías y restaurantes.
Pasando el límite de la localidad hacia el sur, donde la calle Rivadavia se choca con el mar, a la altura del 4300 de la avenida Costanera, a pocos metros de donde rompen las olas se pueden ver los restos de un barco pirata inglés hundido durante una tormenta en 1784. Dicen que llevaba un fabuloso botín a bordo. La zona está marcada y restringida para darse un chapuzón.