La ciudad de Wanda, en el departamento Iguazú, se sitúa sobre la ruta nacional 12 a 254 kilómetros de Posadas y a sólo 55 de las Cataratas del Iguazú; es paso obligado de los turistas que llegan a la provincia de Misiones en forma terrestre.
Sus primeros pobladores fueron polacos, suizos y alemanes, labradores de la tierra. De allí surge su nombre de origen germánico. Con el paso de los años, la colonia Wanda amplió sus recursos y el hallazgo circunstancial de minas de piedras semi preciosas le otorgó su actual envergadura.
Dos yacimientos han aportado un volumen considerable de gemas. Del interior de la tierra surgen basaltos, cuarzos y topacios que, de acuerdo con su composición química y de óxidos, conforman los distintos cristales: amatistas, ágatas, rodocrositas y otros. El proceso posterior de tallado o pulido les da el brillo y apariencia de piedras preciosas. Los complejos mineros se pueden visitar y tienen salón de ventas.
Si bien ese es el mayor atractivo turístico de la localidad, no es el único. Surcada por arroyos y con la proximidad de las costas del río Paraná, Wanda se ha hecho popular por los deportes náuticos, la pesca y, sobre todo, las actividades al aire libre.
Su clima es cálido subtropical húmedo con precipitaciones copiosas en primavera. Por ello, la vegetación es exuberante, de tipo selvático. Su tierra es tan colorada como la de los pueblos vecinos, una característica bien misionera.
A su vez, con la ruta provincial 19, también llamada Ecológica, a sus puertas, el recorrido hacia el parque provincial Urugua-í refleja la espesura arbórea de sus lapachos, palos rosa y cañafístulas.
En el centro urbano los alojamientos, restaurantes, camping y servicios bancarios, telefónicos y de Internet aseguran una estadía tranquila, sin sobresaltos.
Buen sol, mucha agua y la cordialidad de su gente reciben en Wanda a los visitantes