Cachi, la tierra de la sal inexplicable. Cachi, la tierra de la sal inexplicable. Ubicada en la convergencia de los ríos Cachi y Calchaquí, la ciudad de
Cachi forma parte del valle Calchaquí rodeada de cerros y montañas andinas. En lengua quechua, la palabra Cachi significa sal pero no se puede explicar su razón. Otra etimología que se le asigna proviene de la lengua diaguita, en la cual “Kak” significa peñón, piedra ó roca y “chi” o "chin", silencio o soledad. Otra versión habla de un vocablo atacameño que significa valle hermoso. Previo a la conquista, poblaban esta tierra los diaguitas, que fueron agricultores sedentarios, expertos alfareros y metalúrgicos, y quienes además habían domesticado y criado llamas. Este pueblo indígena había rechazado el avance de los incas, pero en el año 1.300 el imperio incaico logró imponer cierta dominación, pese a que los diaguitas continuaron desarrollando su forma y estilo de vida. Al reparto de encomiendas en Salta, efectuado en 1673, se asignó a doña Margarita de Chávez la que correspondía a Cachi. Años después, en 1719, figuraba como propietario del fundo, don Pascual de Elizanda y más tarde don Felipe de Aramburu, dando origen a lo que se conoció como “Hacienda de Cachi”, inmensa propiedad que por años encerró en su seno al pueblo. La zona fue denominada Pueblo Viejo y poseía gran valor histórico y turístico por tratarse de una construcción colonial del siglo XVIII, que se inició con la iglesia considerada una joya arquitectónica, destinada a la catequesis y la consolidación de la lengua hispana. El pueblo nuevo se construyó hacia la década de 1950 en terrenos expropiados a la finca Hacienda Cachi en 1946 por el gobierno nacional. Próximo a Cachi, se encuentra San José de Cachi, un pequeño poblado a orillas del río Calchaquí, dependiente del municipio de Cachi, que tiene el privilegio de haber sido cuna del nacimiento del Dr. Victorino de la Plaza, uno de los presidentes de la Nación Argentina.