City tour por Capilla del Monte

Lugar raro si existen lugares raros, increíble por donde se lo mire. Pero la pregunta que le viene a la mente a cualquiera que recién lo conoce es: ¿por dónde se lo empieza a mirar?

Capilla del Monte ha ganado en las últimas décadas fama y ello se debe a sus ovnis, a sus platos voladores, a su famoso cerro Uritorco y a la mística intacta que mantienen sus habitúes y seguidores.

Los mismos que lograron “bajar” de las montañas esta forma singular de sentir y la naturalizaron de tal modo que no existe local comercial que no tenga una piedra mágica, un sahumerio esotérico, una remera ovni o algún amuleto, ni hablar de todas las casas donde se practica el yoga, la relajación y otras formas de estar bien con la mente y el espíritu.

Si algo le faltaba a esta hermosa ciudad para llamar la atención, es ser la primera en el mundo en poseer una calle techada. Sí, aunque usted no lo crea, Capilla del Monte la tiene en el centro de la ciudad.

Bautizada “Diagonal Buenos Aires”, esta calle es uno de los accesos a la ciudad y da vida a la plaza San Martín, la cual luego bordea hasta llegar a la vieja estación del ferrocarril, donde hoy funciona la Oficina de Informes turísticos.

Antes de llegar a ella, la calle queda literalmente bajo la sombra de una estructura metálica muy moderna que se encarga de techarla. Debajo, una gran cantidad de locales se dan cita en lo que seguramente ha pasado a ser la parte más cotizada de esta pequeña ciudad: restaurantes, kioscos, locales de ropa y recuerdos, galerías, todos esperando al visitante.

Pero además de la ciudad, Capilla del Monte posee atractivos naturales que han despertado el interés en todas partes del país.

El cerro Uritorco es sin dudas el mayor atractivo del lugar: invita al visitante no solo a llegar hasta su base sino también a formar parte de los caminantes que guiados por su sendero alcanzan su cima.

Otros lugares imperdibles para conocer son el balneario La Toma, el dique Los Alazanes y el cerro Las Gemelas y Agua de los Palos, a donde se sube a caballo o a lomo de mula y se practica el parapente, incluso en la modalidad tándem para quienes quieren bautizarse con el viento.

Del otro lado de la ruta se encuentra uno de los espejos de agua más hermosos que tiene el valle de Punilla: el dique El Cajón.

Este lugar es meta de la mayoría de los jóvenes, tanto los de la ciudad como los turistas, que quieren refrescarse, tomar un baño o bien practicar algunas de las actividades náuticas que allí son habituales.

La pesca de pejerreyes y carpas es otro de sus grandes atractivos. Desde el Club de Pesca y Náutica local es posible alquilar un bote, por día o por horas, para intentar llegar al centro del espejo, que es donde se realizan las mejores capturas, con pejerreyes que han llegado a superar el kilogramo de peso y con carpas de más de diez kilos.

Museos exóticos, una biblioteca esotérica, templos, parques temáticos dedicados a los ovnis y otras rarezas forman parte de la naturaleza de un lugar que tiene desde hace años sus propios seguidores, a los que por supuesto cada día se suman nuevos.