Esta ciudad se caracteriza por sus calles y avenidas amplias, por sus parques arbolados y su clima templado que llama a disfrutar de la vida al aire libre.
Desde el portal de acceso a la localidad, Chajarí refleja la amabilidad con que su gente recibe a los visitantes y les hace conocer su ciudad. A nuestra llegada, traspusimos el arco de entrada de líneas modernas y en la oficina de informes turísticos tuvimos el primer acercamiento al entorno. Enseguida nos dispusimos a dar una vuelta por la zona céntrica para ir descubriendo sus rincones más representativos.
Muchos edificios, como el municipal o la iglesia Santa Rosa, sintetizan la historia y arquitectura de principios del siglo XX, cuando la ciudad fue tomando forma a partir de su estación de ferrocarril.
Nos acercamos a sus plazas Urquiza, Libertad y San Martín, que ostentan hermosos jardines muy transitados por la gente del lugar por su sombra y cobijo en las cálidas tardes estivales.
Visitamos dos de sus museos más emblemáticos: el Histórico Regional Camila Quiroga y el Etnográfico Ivy marä Ey. El primero funciona en la casa natal de la primera actriz dramática argentina y guarda valiosos elementos que muestran la historia colonial y criolla de Chajarí. El segundo funciona en la vieja estación de ferrocarril y recupera las culturas nativas guaraníes.
La palabra “chajarí” marca la presencia abundante de esas aves en los arroyos de la zona. En una plazoleta circular ubicada en la intersección de 9 de Julio y 25 de Mayo se encuentra la escultura “Sueños y Esperanzas”. El chajá con sus alas desplegadas es la principal alegoría de la fuente de agua que de noche se ilumina y acrecienta la magia de las aguas danzantes.
La bicicleta parecer ser uno de los medios de transporte habitual en la ciudad, mientras que la siesta también es sagrada para los auténticos pobladores de Chajarí, quizá por costumbre, por el calor del verano o simplemente para alargar la noche hasta tarde mientras se despunta una charla entre amigos.
La población estable desciende, en su mayoría, de inmigrantes italianos con hábitos de trabajo de la tierra. Su actividad productiva principal es la citricultura y se conservan viejas tradiciones de los colonos en cuanto a recetas de licores de cítricos, salames y mermeladas caseras.
Muy cerca del centro se encuentra su principal punto de esparcimiento en los días de calor: el balneario municipal sobre el espejo de agua de la represa Salto Grande. Allí, la exuberancia de la naturaleza, las playas de arena y piedra, y la gran cantidad de deportes náuticos que pueden practicarse son los principales atractivos. Cuenta con todo lo imprescindible para pasar un día en familia y/o acampar.
Desde hace poco Chajarí tiene el orgullo de contar con un complejo termal, con aguas que surgen de la tierra a temperatura muy alta y con propiedades terapéuticas excepcionales. Es una excelente opción en el circuito termal de Entre Ríos.
En Chajarí, la calidez de su gente se disfruta a cada paso.