San Antonio de Padua de la Concordia es el nombre de esta ciudad fundada a orillas del río Uruguay, actualmente la capital nacional de la citricultura. La región era habitada por pueblos aborígenes de las parcialidades charrúas y guaraníes, que habían llegado a la zona desde el norte, unos 500 años atrás. Los charrúas se dividían en tres grupos: los charrúas propiamente dichos, los guinanes y los bohanes. Vivían en lo que hoy es Uruguay y, hacia el siglo XVII, en la mayor parte de la provincia de Entre Ríos. Eran altos y robustos y se dedicaban a la caza de venados y ñandúes, mientras que los charrúas del litoral practicaban la pesca en sus largas canoas. Usaron las boleadoras (de 2 y 3 bolas) y, con la llegada del caballo, emplearon lanzas de varios metros de largo. Sus viviendas eran muy peculiares ya que constaban de 4 estacas colocadas de manera que formaban un cuadrado abierto por delante y sin techo; las paredes eran esteras de juncos entrelazados, colgadas de travesaños que sostenían las estacas. A partir del siglo XVII, construyeron sus chozas con ramas arqueadas y cubiertas con cueros de caballo o vaca. Su cama era un cuero en el suelo. Los antecedentes de Concordia se remontan al siglo XVIII, cuando el territorio comprendido desde el arroyo Mocoretá hasta el paraje en que se fundó la ciudad fue recorrido por el Maestro de Campo del Francisco García Piedrabuena, al frente de una expedición militar que había partido desde Yapeyú y que llegó hasta los rincones de Gualeguaychú. En 1718 bajaron otros conquistadores de Yapeyú, los que fundaron el pueblo de Mandisoví, a tres leguas del río Uruguay. Según Antonio P. Castro, al estudiar los mapas publicados por el Padre Furlong Cardiff se encuentra en estos un paradero denominado "Ytú" el cual existía, por lo menos, desde 1722, y posiblemente desde antes. La población de El Salto fue sólo un lugar destinado a salvar el escollo del Salto Grande y Chico y su establecimiento definitivo, después, lo impuso la necesidad de organizar un puesto con carácter permanente. Es cuando los jesuitas erigieron un oratorio bajo la advocación de San Antonio de Padua y designaron una pequeña guarnición de indios misioneros para proteger el tráfico que se hacía por allí. Se sostiene que esa debe haber sido la iniciación de la actual Concordia. Más tarde, los jesuitas fueron expulsados y la región quedó olvidada. La atención vuelve a centrarse en estas tierras cuando el general Artigas inició el éxodo oriental, entre los años 1811 y 1812. Entre distintas versiones se señala al 29 de Noviembre de 1831 como su fecha de fundación, mediante un decreto de la Asamblea General reunida en Paraná. Otros historiadores indican como fecha de fundación el 6 de febrero de 1832. La construcción de la línea ferroviaria entre Concordia y Federal fue el resultado de un largo y tortuoso proceso que, iniciado 1909, se materializó en 1930 y produjo cambios de orden económico, social y demográfico en su zona de influencia, como el surgimiento de varias localidades.
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