Abrazada por el río Paraná, la ciudad de Corrientes conserva un estilo arquitectónico sin igual, que atesora reliquias de amplio valor histórico, religioso y cultural. En este paseo resumimos los sitios más importantes de una urbe que invita a quedarse para descubrirla.
Comenzamos el tour por la Iglesia y Convento San Francisco, ubicada en la calle Mendoza, entre las calles De la Quintana y Plácido Martínez. Esta construcción data del año 1638, según las Actas Capitulares de la ciudad de San Juan de Vera de las Siete Corrientes, siendo su patrono San Francisco Solano. Al pararse al frente se observa su estilo ecléctico en las columnatas del atrio, inspiradas en la obra de Bernini, la Basílica de San Pedro, en Roma.
En la parte posterior de la iglesia, sobre la avenida Italia y calle Quintana, se encuentra el antiguo convento, cuyos muros, dinteles, cielorrasos de tientos y aberturas, se conservan desde los siglos XVI y XVII.
Continuamos por la calle Mendoza, con dirección norte hasta la avenida Vera y Aragón y cruzamos por el frente del edificio de Prefectura Naval Argentina. Doblamos a la derecha por la avenida para circular tres cuadras hasta el Parque Mitre, al que se accede cruzando el antiguo Puente de la Batería.
En este lugar se emplazó la Batería de San Pedro, que comandara el Gral. Mitre y que actuara en instancias decisivas en la Guerra de la Triple Alianza. En el interior del mismo se levanta el Monumento a las Cautivas, obra de Luis Perlotti inaugurada en 1941, que incluye un grupo escultórico que representa a las cinco cautivas correntinas que fueron tomadas como rehenes durante dicha guerra, de las cuales regresaron cuatro al finalizar la contienda.
Al recorrer el parque se puede llegar hasta la Punta Mitre, una de las siete puntas de tierra y piedra que sobresalen sobre el Río Paraná y que le dieran el antiguo nombre a la ciudad: San Juan de Vera de las Siete Corrientes. Desde allí se logra observar las completas instalaciones del Club de Regatas, con sus amarillas playas y amarradero con embarcaciones de mediano porte.
Desandamos la avenida Vera hacia la avenida Costanera San Martín y pasamos frente al Colegio Nacional Gral. San Martín. Más adelante se encuentra la estatua de la taragüi, obra de Antonio Puyau que obtuviera el primer premio en el Salón Nacional de Arte. Taragüi era el nombre que dieron los indios a la población fundada por don Juan Torres de Vera y Aragón el 3 de abril de 1588, en la Punta Arazatí.
Al recorrer esta avenida nos detenemos a reparar en el colorido de la vegetación que rodea a la costanera, compuesto por el rosado de los lapachos, el lila de los jacarandaes y el rojo de los chivatos. Encontramos otra salida de tierra sobre el río, se trata de la Punta Tacurú. Desde allí se alcanza a observar el Hotel de Turismo, el casino de la ciudad y el Parque Cambá Cuá, término que significa “cueva de negros”, ya que ese sector de la ciudad fue habitado exclusivamente por negros en la época colonial.
Doblamos a la izquierda por la calle Chaco y recorremos ocho cuadras hasta la avenida 3 de Abril, mientras reparamos en los estilos colonial autóctono y español de las casas que se encuentran en el sector.
Sobre la avenida se destaca el monumento a Carlos María Alvear, obra de la escultora tucumana Lola Mora. Doblamos en la calle Buenos Aires hasta la Plaza de la Cruz, donde descendemos para visitar la iglesia que conserva la Cruz de los Milagros, declarada Monumento Histórico Nacional en 1942.
La iglesia es obra del ingeniero tucumano Juan Coll, quien perfeccionó sus estudios en Italia, de donde trajo el nuevo estilo arquitectónico denominado italianizante.
Antiguamente la iglesia poseía una gran cúpula y dos torres que fueron demolidas ya que, por error de construcción, resultaron desproporcionadamente grandes y pesadas, permaneciendo acortadas desde el año 1915. En su interior llama la atención la nave central y los laterales con reminiscencias medievales y las capillas laterales con altares góticos.
Frente a la iglesia se encuentra la Plaza de la Cruz, en cuyo centro se erige el Monumento al Dr. José R. Vidal y a los médicos caídos en cumplimiento de su profesión durante la fiebre amarilla. El monumento es de bronce y la base de piedra de arenisca roja, extraída de las canteras de Mercedes (Corrientes).
Retomamos el paseo por el casco céntrico, circulando por la calle Buenos Aires en dirección al norte hasta llegar al centro cívico de la ciudad.
En la calle 25 de Mayo se encuentra la plaza homónima rodeada de antiquísimas construcciones que datan de los años 1880 y 1910 aproximadamente, la mayoría de las cuales albergan hoy a reparticiones públicas, como la Casa de Gobierno, el Rectorado de la UNNE, la Iglesia de la Merced, la Escuela Sarmiento y la Jefatura de Policía.
En el interior de la Iglesia de la Merced se guardan cuatro confesionarios de cedro, tallados a mano por los indígenas de las reducciones jesuíticas –se cree que fueron traídos de San Ignacio Miní– que son verdaderas joyas históricas. La virgen viste el hábito de la orden mercedaria con la banda de la bandera argentina, desde que Belgrano la declaró Generala del Ejército Argentino.
Retomamos la calle 25 de Mayo hasta la calle San Juan y reparamos en los frentes del Teatro Juan de Vera, del Museo de Bellas Artes y del Palacio Municipal.
El Teatro Juan de Vera es uno de los más importantes del país por su acústica. Sus temporadas incluyen producciones propias y elencos invitados de todos los géneros: música, ballet, teatro, espectáculos infantiles, ciclos de cine y video, conciertos didácticos, cursos y conferencias.
Continuamos el recorrido por la calle San Juan, pasando por la zona de los bancos, el Colegio Don Bosco, la Iglesia María Auxiliadora y el Mercado Central. Doblamos en la calle Yrigoyen –cuatro cuadras– hasta la Iglesia Catedral, donde destacamos su estilo renacentista italiano, por su pórtico sostenido por columnas corintias que se repiten en el interior, además de poseer dos torres que terminan en pequeñas cúpulas revestidas con mayólicas azules francesas.
Frente a la Iglesia Catedral se encuentra la plaza donde se erige el Monumento a Juan Bautista Cabral, el héroe correntino que salvó la vida al Gral. San Martín en la Batalla de San Lorenzo.
Desde la plaza comienza la calle peatonal Junín, que se extiende por seis cuadras hasta la calle Salta, donde culminamos el city tour pudiendo adquirir algún recuerdo de nuestro paso por la ciudad.