Para llegar desde Calafate, hay que transitar sólo 212 kilómetros por una ruta nueva y totalmente pavimentada que costea el lago Argentino y luego el lago Viedma hasta que se divisa ante nuestros ojos la inmensidad y grandeza del cerro Fitz Roy, en cuya base se encuentra El Chaltén.
Bautizado como la "capital nacional del trekking", El Chaltén debe su existencia a un conflicto limítrofe con el país vecino que se resolvió finalmente en el año 1997, y que logró hacerlo conocido en el mundo para los amantes de los deportes de aventura y en especial de los caminantes.
La majestuosa presencia del cerro Fitz Roy es inconfundible. Casi todo el año su cumbre se encuentra cubierta por una nube que los tehuelches, habitantes originarios del lugar, confundieron con humo. De ahí el nombre de "chaltén" que significa "montaña que humea". El hombre blanco llamó a este cerro Fitz Roy en honor al primer escalador que hizo cumbre en este particular y bello macizo de piedra.
Desde sus inicios, el pueblo llamó la atención de andinistas y escaladores por ser el punto más cercano desde donde se podía hacer base para escalar el famoso Fitz Roy, pero a medida que se lo conoce se sabe que además del montañismo, la naturaleza posee aquí verdaderos santuarios para ir de pesca, caminar o bien deleitarse con la belleza casi virgen de este paisaje.
Hoy, son más de mil sus habitantes estables, cifra que se multiplica hasta 20 veces con la llegada de la primavera y el verano. De noviembre a mayo, El Chaltén es visitado por turistas de todo el mundo que se acercan para disfrutarlo y caminar por algunos de sus senderos, que parten desde el mismo pueblo y son aptos para todo público, de acuerdo a los distintos grados de dificultad.
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