No hay dudas de que se trata de un cerro especial por donde se lo mire. Su altura, su origen, su textura y su silueta lo hacen distinto al resto. Así lo sienten incluso los mejores escaladores del mundo.
Con 3.405 metros de altura, el cerro Fitz Roy aparece como una de las montañas más difíciles de escalar del mundo. Se encuentra ubicado en el Parque Nacional Los Glaciares y es demarcatorio del límite con Chile.
A pesar de no tener una altura récord si la comparamos con el Everest u otras montañas de la cordillera de los Andes, el cerro Fitz Roy tiene ganada su fama de ser una de las montañas más difíciles de escalar del mundo. El hielo y viento que recibe en forma constante lo hacen así, incluso con buen tiempo.
Los antiguos habitantes llamaban a esta montaña "Chaltén", nombre que proviene de “ahónikenk” y significa “montaña que humea”. Esto se debe a que las nubes se posan casi todo el día sobre su cumbre, por lo que para los antepasados más que un cerro era un volcán.
El perito Francisco Pascasio Moreno la bautizó el 2 de marzo de 1877 con el nombre de Fitz Roy en honor al capitán del Beagle, Robert Fitz Roy, quien recorrió Santa Cruz cincuenta años antes.
Hoy, hablando geográficamente, el Fitz Roy es la cumbre principal de una cadena que tiene forma de media luna abierta por el este, con un eje principal de orientación norte-sur.
En el año 1952 la expedición francesa compuesta entre otros por Lionel Terray y Guido Magnone, que ascendió por la vía sudeste, fue la primera en alcanzar su cumbre. Se escribió así un capítulo nuevo en la historia del andinismo argentino y mundial.
De clima muy inestable, sólo se puede escalar el Fitz durante un breve lapso en los meses de verano. Quienes intentan hacer cumbre realmente deben ser rápidos y jugar con las buenas condiciones climáticas para lograrlo.
El segundo ascenso se produjo en 1965 cuando Carlos Comesaña y José Luis Fonrouge (de Argentina) lo intentaron y consiguieron por la vía supercanaleta, labor que les llevó dos días y medio.
En el año 1968 se produjo el tercer ascenso y hasta hoy no fueron muchos más los aventureros que se le animaron y tuvieron el éxito de llegar hasta la cumbre. Obviamente, que entre ellos hay argentinos.
Para apreciar la majestuosidad de esta montaña si no se es un avezado andinista o escalador, lo ideal resulta realizar un trekking hasta la laguna de los Tres (un sendero muy hermoso que parte desde El Chaltén y dura alrededor de 4 horas). Desde allí se logra una vista majestuosa de este mítico cerro de la Patagonia.