Sus orígenes se remontan al año 1777, cuando don Juan de San Martín (padre de nuestro libertador) fundó la estancia Mandisoví como una posta del sistema de transporte de mercaderías entre los pueblos misioneros y de Buenos Aires. Este primer asentamiento se halla actualmente a sólo 12 kilómetros de la planta urbana local. Fue recién en el año 1810, más precisamente el 16 de noviembre, que en su campaña al Paraguay el general Juan Manuel Belgrano le asignó al pueblo jurisdicción propia. Este hecho se constituyó como la primera fundación. En el año 1847 las guerras fraticidas envolvieron el pueblo de Mandisovi, que fue varias veces saqueado, copado y abandonado por sus habitantes. Luego de que todos estos hechos tomaran carácter público el general Justo José de Urquiza decidió por voluntad propia nombrarlo “Pueblo de la Federación”. Y así Mandisovi se mudaba a orillas del río Uruguay. Como puerto y resguardo de las embarcaciones funcionaría el arroyo Bizcocho y, al sur, como límite natural estaría el arroyo La Virgen. En el año 1946 se firmó el tratado entre Argentina y el vecino país de Uruguay para la explotación hidroeléctrica del río Uruguay, lo que dio origen, años más tarde, a la Represa de Salto Grande, ubicada sobre los grandes saltos que formaba el Uruguay a esta altura. 1973 es un año de buenas y malas noticias para esta ya sufrida población. Comienzan por una parte las obras de la construcción de la Represa Salto Grande y, por otra, se firma, a pesar de la oposición de muchos de sus pobladores, el traslado del pueblo y, en consecuencia, la refundación de “La Nueva Federación”, pero en un sitio totalmente nuevo. Entre 1977 y 1979 se terminó la construcción de la nueva ciudad de Federación y es durante estos años que comenzaron las mudanzas y, también, la búsqueda de nuevos vecinos. Pero recién en 1991, el nuevo pueblo logró, a través de la culminación de la Plaza de la Libertad, sentirse por tercera vez refundado. La dictadura militar, que en Argentina ocupó el período de 1976 hasta 1983, había logrado callar las voces de muchos que no estaban de acuerdo no sólo con el desmantelamiento y mudanza del pueblo sino también con el manejo que se hizo de quienes menos recursos tenían. Por ello, la culminación e inauguración de la Plaza de la Libertad (hoy, su plaza principal) significa mucho más para los pobladores de Federación que un simple homenaje al Libertador, general San Martín. Fue en 1992 que comenzaron a realizarse los estudios pertinentes para detectar la existencia o no de aguas termales. Los mismos arrojaron un resultado exitoso y casi sin pensarlo la nueva ciudad encontró un motivo para volver a vivir: convertirse en el mayor centro termal del litoral. Hubo que esperar dos años para que en 1994 se realizara la primera perforación. Un año más tarde, en un acto oficial con todas las autoridades provinciales, se inauguró el primer yacimiento termal del litoral argentino. Finalmente, en el año 1997, se inauguró el parque termal de la ciudad. Un pueblo, gracias al tesoro divino que es el agua, ha vuelto a soñar.
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