Fue en el año 1978 cuando uno de los clubes más tradicionales de Gualeguaychú decide formar, junto a otras 9 instituciones, una Comisión de Carnaval para que entre todos se encarguen de la organización del evento. Por esta decisión de pertenecer a la comisión del Carnaval, el Club Central Entrerriano debía participar en la cercana edición de 1979 de los corsos de la ciudad y así lo hizo.
La fecha del debut se acercaba y el Club todavía no había preparado nada para afrontar el Carnaval. Así fue que, sin mucha idea, algunos de sus representantes se apersonaron en el domicilio de la señora María Elena de Dacal (una vecina local, reconocida en el ambiente del carnaval) para pedirle ayuda, que consistía en organizar una comparsa, la primera que tendría el Central Entrerriano.
Luego de varias idas y vueltas, se llegó a la conclusión que el Club debía presentar ante la comunidad local una carroza y una reina. La problemática era: ¿Cómo iban a armar la carroza en tan poco tiempo? ¿De donde iban a sacar a una reina?