Huellas en la estepa patagónica

Algunos paseos de la región se disfrutan de forma más dinámica cuando los dejamos en manos de guías especializados, que no solo cuentan con vehículos adecuados sino que también conocen las historias y leyendas que suman interés a la salida. Con ellos realizamos dos excursiones para adentrarnos en una geografía singular y lugares muy entretenidos.


Salinas del Gualicho

Dejamos atrás el balneario y sus playas para recorrer unos 60 kilómetros cómodamente instalados en un autobús con aire acondicionado. A decir de nuestro guía, conoceríamos una de las mayores salinas de Sudamérica; disfrutaríamos del atardecer y primeras horas de la noche en el destino.

Al llegar, lo primero que nos sorprendió fue el socavón en la que están situadas las salinas, unos 72 metros bajo el nivel del mar. Tienen una superficie de 430 kilómetros cuadrados, son las más grandes de Argentina y las segundas en Sudamérica luego de las de Uyuni en Bolivia, en cuanto a su aprovechamiento industrial. Otra sorpresa fue enterarnos de que la gran cantidad de fósiles del fondo salino es de origen marino.

Según los guías, existen leyendas de tehuelches y mapuches, pobladores antiguos de la región, que dicen que el lugar tiene un halo maldito.

Como estas minas de sal se explotan comercialmente, vimos enormes parvas de ese material esperando la llegada de los camiones que vendrían a recogerlas. Seguimos avanzando hacia el centro del salar, en medio de una atmósfera extraña y a la vez hermosa. Ahí mismo, los organizadores nos brindaron una picada mientras esperábamos que se hicieran los pollos al disco que habían previsto, todo bajo un cielo estrellado impresionante.


Fuerte Argentino

En esta segunda ocasión, salimos muy temprano de Las Grutas en camiones todo terreno para realizar una excursión que era una verdadera propuesta de aventura. Nos alejamos hacia el sur por el camino de los pulperos, una ruta de ripio consolidado que se sentía debajo de nuestros cuerpos en cada inclinación del vehículo. Visitamos la Villa de los Pulperos y Playa Colorada; en esta última unos jóvenes realizaban sandboarding sobre las crestas de los médanos, desde donde también se realiza observación de aves, según supimos.

Las próximas paradas fueron El Sótano y el Cañadón de las Ostras, donde realizamos sendas caminatas para conocer las características de estos lugares.

Continuamos hacia el sur hasta encontrar esa referencia geográfica imponente que es conocida como Fuerte Argentino. Se trata de una meseta de 192 metros de altura. Los organizadores se propusieron intrigarnos al contarnos la historia de un tesoro escondido en esas formaciones rocosas y las insistentes búsquedas realizadas.

Bajamos de los camiones para realizar un reconocimiento del lugar mientras los coordinadores realizaban un asado muy bien dispuesto, donde no faltó nada. Hicimos sobremesa en un clima amable y distendido; algunos fueron a practicar snorkel a una laguna y otros ejercitaron su puntería con la ballesta.

Luego, llegó la explicación de tanto misterio. Según investigaciones realizadas por especialistas, se habría encontrado en este lugar indicios de que la orden religiosa de los Templarios llegó a estas costas antes que Colón a América. Esta teoría ha causado muchas polémicas en ámbitos religiosos, científicos y sociales, y hoy forma parte de las leyendas de Fuerte Argentino.

El atardecer sobre la playa nos encontró pensando acerca de todo lo escuchado y, a la par, sentimos admiración por la caída del atardecer y el día que habíamos experimentado.

Gracias al conocimiento de los guías, sus entretenidas excursiones y los sitios a los que se accede, estas salidas constituyen experiencias inolvidables.