¿Cómo imaginar la época en que algunos balnearios iniciaron sus actividades con hoteles de la talla del Boulevard Atlántico de Mar del Sur, una de las primeras playas de la costa atlántica argentina?
Llegar a ese punto desde Buenos Aires u otras ciudades era una odisea por la dificultad de traslado y por las zonas cubiertas de médanos que acordonaban el mar. A pesar de ello, el influjo de las mareas y el aire fresco y salado ganaba en la necesidad de quienes veraneaban allí. Para acceder por ruta, debían transitar por caminos de tierra en carros o vehículos lentos y muy incómodos.
Situado el hotel Boulevard Atlántico a metros del mar, sus dos plantas, fachada e interior de estilo europeo y clara simetría marcaron una intención de hacer de ese balneario algo exclusivo. Ni siquiera existía un poblado, iglesia o autoridades en ese punto del mapa y recién en 1911 el hotel complementó la habilitación de sus 90 habitaciones y recibió público en general. Se habilitaron entonces su salón de baile, de cine y ruleta.
El hotel sufrió muchas vicisitudes de todo tipo: el continuo avance de la arena sobre edificio, la quiebra de sus constructores, un incendio y una gestión fallida para que las vías férreas llegaran a sus cercanías. Allá por 1930 el pueblo fue naciendo de a poco, sin tener en cuenta su primer edificio hotelero.