Los Saltos del Moconá son las "otras" cataratas. Las más chicas, sí, pero las que permiten ver un río caer de costado. Sí, aunque parezca inverosímil.
Desde la ciudad de Posadas, capital de la provincia de Misiones, se debe tomar la ruta nacional 12 y comenzar a recorrerla hasta la ciudad de Oberá. Son alrededor de 100 kilómetros, no más de una hora y media de viaje, pero nos permiten adentrarnos en la espesura de la selva misionera, donde la tierra se hace cada vez más colorada y la vegetación, más espesa y tupida.
Así se llega a Oberá (también, por la ruta provincial 103) y desde esta hermosa ciudad misionera comenzamos a adentrarnos en las sierras septentrionales rumbo al río Uruguay.
Desde Oberá se toma la ruta nacional 14 y se atraviesan distintas localidades como Campo Viera, Campo Grande y Aristóbulo del Valle, ciudades pequeñas pero que representan de manera perfecta la vida y las costumbres en esta región.
Siguiendo por la 14 y antes de llegar a la población de San Vicente, aparece una ruta provincial a la derecha, bautizada con el 13, que nos lleva hasta la ciudad de El Soberbio.
Desde aquí, el camino merece varios párrafos. Se vuelve paradisíaco y capta la atención de los visitantes por la gran cantidad de fauna y flora que se aprecia desde la ventanilla del vehículo. Lo ideal es realizar el recorrido de día, ya que con la luz podemos deleitarnos con todo tipo de helechos, hiedras, palmeras y árboles típicos de la selva paranaense.
A la flora se suma la aparición de los habitantes de la selva, entre los que se destacan coatíes, pecaríes, carpinchos y venados, mientras que el territorio aéreo es dominado por familias de tucanes, loros, cotorras y otras aves de mayor porte como los carroñeros jotes.
Pequeñas lomadas, arroyos transparentes y posadas que se internan en la inmensidad de la selva nos dan la bienvenida a medida que nos acercamos a la ciudad de El Soberbio. Esta área rural es ideal para hacer noche y para conocer los secretos de la Capital Nacional de la Esencia, tal como se ha bautizado a esta pequeña ciudad, que desde que se arregló la ruta provincial 2 es la puerta de entrada a los famosos Saltos del Moconá.
Desde esta ciudad (que limita con Brasil) solo 75 kilómetros nos separan del parque provincial Saltos del Moconá. Perfecta por donde se la mire, el trazado de la ruta corre paralelo al río Uruguay, que se va angostando hasta llegar a la reserva natural y permite cada diez kilómetros tener un punto panorámico para hacer un alto y disfrutar de verdaderas postales fotográficas.
El río, los saltos de agua que se cruzan, las lagunas imperturbables, los caminos rojizos o el verde inmenso de la selva, todo está al alcance de los ojos y con la posibilidad de bajar del auto con total seguridad tantas veces sea necesario para no perderse ningún detalle a ambos lados del camino.
Así, casi sin darnos cuenta, el camino nos va anunciando que llegamos a nuestro destino. Hay que estacionar el vehículo, pagar la entrada y dirigirse hasta el embarcadero para llegar en gomones a los famosos saltos, las segundas cataratas más importantes de la provincia.
Un paseo inolvidable, para que la aventura sea completa.