Tafí del Valle, Provincia de Tucumán - Foto: Eduardo Epifanio
Conocida como el Jardín de la República, la provincia de Tucumán integra el circuito del noroeste argentino y posee en su interior muchos pequeños pueblos y ciudades de las que el visitante queda enamorado ni bien las conoce.
Tafí del Valle es una de ellas y junto a su hermana Amaicha del Valle permite a los turistas disfrutar de los Valles Calchaquíes y de las distintas filosofías de vida que desde tiempos inmemoriales conviven en él.
Tucumán es conocida también por el lugar que ocupa su gastronomía. Las empanadas tucumanas le han dado fama en todo el mundo y son parte de cualquier entrada en restaurantes, fondas o posadas para almorzar o cenar. Tamales, cabritos y otros platos regionales definen también los sabores tucumanos.
La provincia cuenta con atractivos turísticos imperdibles como Villa Nougués, el Cerro San Javier y su hotel del Sol, las increíbles ruinas de Quilmes, la famosísima feria de Simoca, los festejos a la Pachamama durante el mes de agosto o los carnavales de febrero.
La historia cuenta que la provincia fue el escenario protagónico del Congreso de Tucumán que declaró la independencia nacional el 9 de julio de 1816, en su ciudad Capital. Un pasado triunfal que hoy puede volver a vivirse con un magnífico espectáculo de luz y sonido que se disfruta todas las noches en la histórica Casa de Tucumán.
Circuitos arqueológicos, caminos jesuitas, parapente y aladeltismo en sus cerros, excursiones de turismo aventura, pesca de pejerreyes y truchas en ríos y embalses, y mucho más. Tucumán posee montañas, valles, yungas y selvas para que el visitante cuente con todas las opciones para prolongar su estadía.
En la localidad de El Mollar, a 15 km hacia el este de Tafí del Valle, se encuentra la Reserva Arqueológica Los Menhires, un predio con más de 50 megalitos de la cultura Tafí 1 que data de entre el año 820 aC y el 780 dC.
Estos monumentos de piedra fueron investigados por el arqueólogo y naturalista italiano Juan Ambrosetti en el año 1897 y a partir de entonces fueron trasladados de su posición original varias veces para su estudio.
Es como cualquier argentino la imagina: sencilla, pintada de blanco y con esa puerta tan típica de las viejas construcciones de la época colonial.
Ese solar guarda el salón donde los congresales de las distintas provincias argentinas se reunieron para firmar el acta en la que se comprometieron a defender la autonomía de un país que había crecido lo suficiente como para caminar por sí mismo hacia su destino.
A las ruinas de Quilmes se puede llegar desde Cafayate (Salta) o bien desde la localidad tucumana de Tafi del Valle. El destino es sencillamente espectacular, único, majestuoso.
Las ruinas de Quilmes, como se las conoce popularmente, pertenecieron a los indios calchaquíes, que se ubicaron sobre las laderas de estas sierras y sobre el cordón montañoso llamado Calchaquí; de ahí el nombre de estas tribus: quilmes y calchaquíes.
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