Calles arboladas con presencia de vehículos y movimiento durante los días de trabajo y que los fines de semana parecen descansar de la rutina para permitir el esparcimiento.
San Miguel del Monte es una de las ciudades más antiguas de la provincia de Buenos Aires. Por tal motivo, además de sus atractivos deportivos, sorprende por su edificación colonial y campestre en conjunción con su moderna estructura de servicios.
Cuando llegamos, lo primero que nos atrapó fue su avenida costanera Juan Manuel de Rosas. Extensa, con la laguna como gran atractivo, tiene una vida cambiante a partir de todo lo que se puede hacer de deportes y pesca (jet ski, vela, remo). En sus distintos sectores están delimitadas las posibilidades de nadar, bajar la lancha con distintos fines, pescar y hasta pernoctar en camping o cabañas.
Sobre la costanera encontramos una gran variedad de opciones para almorzar, cenar o simplemente tomar algo al paso. Sus restaurantes y cafeterías tienen el horizonte lacustre como gran atractivo visual, además de especialidades gastronómicas. Las parrillas no tienen horario, siempre hay un chivito puesto al asador para tentar a quien pasa por su puerta.
De noche, y especialmente en verano, la iluminación de la costanera y el calor imperante invitan a no irse a dormir y “tomar el fresco” junto al agua mientras se saborea una cerveza fría o un rico helado.
Ingresando al casco urbano, varias edificaciones remiten a las épocas en las que el general Juan Manuel de Rosas comprara estancias dedicadas a la agricultura y ganadería en la zona. La más famosa se llamó Los Cerrillos y de ella queda intacto uno de sus ranchos que hoy, pintado de color rosa fuerte, perdura en la esquina de Belgrano y avenida Costanera. Fue trasladado de su ubicación original a su emplazamiento actual.
Muy cerca, el Museo Municipal Guardia del Monte conserva piezas de gran valor histórico de lo que fuera los inicios de Monte, sus fortines y puestos de avanzada en su lucha contra los malones. En Belgrano al 200, una vieja casona con importante puerta de ingreso, rejas y parral en su patio interior es conocida como la casa del “Carancho” González, un lugarteniente de Rosas.
Sin poder ocultar su origen colonial, el templo San Miguel Arcángel, declarado Monumento Histórico Nacional, cuenta en su interior con pinturas de Soldi, Butler y De la Cárcova. Lo encontramos en Giagnacovo e Hipólito Yrigoyen y le dedicamos un buen rato debido a su espléndida presencia.
San Miguel del Monte es desde siempre un lugar interesante para realizar mini turismo, aprovechar los feriados largos y, con un poco más de tiempo, visitarla en verano. Pueblo parsimonioso donde combinan a la perfección los boliches para los jóvenes con sus clásicos partidos de polo, e invita a tomar mate con merienda de campo.