La laguna es muy cuidada por quienes llevan adelante las actividades relacionadas con la pesca, tanto en sus tiempos de veda como en el cuidado del medio ambiente.
Ir de pesca a San Miguel del Monte entre diciembre y agosto es una antigua práctica entre los fanáticos de este deporte apasionante. Las condiciones de la laguna, el confort que ofrecen los establecimientos involucrados y la posibilidad de salir con un guía se ofrecen todo el año, sea cual sea la especie que esté saliendo.
Al llegar a Monte, tomamos la costanera asfaltada que rodea la laguna que, en un recorrido de unos 15 kilómetros, cuenta con diferentes espacios para la actividad.
Llegamos hasta el Camping Club de Pesca y desde allí, una vez instalados, comenzamos a prepararnos para salir embarcados a pescar. El lugar cuenta con muelle y venta de todo lo necesario para salir tranquilos.
Ya sabíamos que la laguna está dividida en sectores exclusivos para la pesca y para las demás actividades náuticas. Navegamos hasta alcanzar la zona adecuada, cambiando los lugares para anclar o dejar la embarcación al garete e ir probando nuestra suerte.
El frío imperante nos hacía desear una buena obtención de pejerreyes. Cuando la temperatura ambiente es superior, las carpas pasan a ser las mejores piezas. Probamos boyas, anzuelos, punteros y profundidades para conocer más a fondo la cultura de la pesca en este espejo lacustre. En general, las cañas telescópicas suelen alcanzar los 3,5 a 4 metros.
Cambiamos la dirección y nos dirigimos hacia la compuerta que une con la laguna Las Perdices y nos encontramos con un juncal intenso, propicio para ejemplares más corpulentos. Luego de un rato sin pique, agregamos peso a la línea para que la carnada fuera más abajo y nos hicimos de un pejerrey de buen porte, y cambió nuestra suerte. Otros más terminaron en el piso de la lancha.
Volvimos a la costa y, mientras algunos armaban el asado a la parrilla, otros tiraron desde la orilla con suerte variada. En la mesa, se suscitaron las charlas amenas sobre las distintas observaciones realizadas y notamos que aquí también se practica el fly cast, una modalidad en auge en todos los ámbitos del país.
Además del pejerrey, existe una buena población de carpas. Las técnicas son diferentes y los lugareños utilizan una masa hecha por ellos mismos, que reemplaza a la carnada tradicional.
Cuando la pesca se realiza entre amigos y se llega a la laguna de Monte, las posibilidades de pasarla bien aumentan. Ni siquiera hay que llevar todo lo necesario, ya que en destino se obtiene todo, junto con la orientación imprescindible de los que conocen el lugar y su reglamentación vigente. Si se obtiene buena pesca o no es solo un detalle.