Visitamos el centro cívico con su Mercado Artesanal, la plaza San Martín, la catedral, el Museo Provincial de Ciencias Naturales, el Centro Municipal de Cultura, el Museo de Artes, el Teatro Español y el monasterio de monjas carmelitas.
Fundada en abril de 1892 por Tomás Mason en tierras de su estancia La Malvina, Santa Rosa es la capital de La Pampa y el principal centro de la provincia, con una completa y sofisticada infraestructura de servicios. En las últimas décadas tuvo un crecimiento muy significativo. ¿Qué es lo que hay que conocer en una visita? Aquí vamos…
Ingresando a la ciudad por la ruta 5, lo primero que encontramos es el centro cívico, en la intersección de la avenida principal con la avenida Pedro Luro. Se trata de un conjunto de edificios públicos proyectado por el reconocido arquitecto argentino Clorindo Testa y construido entre 1963 y 1970.
Allí también está el Mercado Artesanal, donde se venden productos de gran calidad realizados por artesanos de La Pampa con cuero, madera, lana y otros materiales. Se destacan los utensilios hechos con madera de caldén, el árbol característico de la provincia. Recomendable para quienes deseen un recuerdo de la ciudad.
Seguimos por la avenida San Martín, la principal, y nos topamos con la plaza que lleva el mismo nombre. Allí está la zona comercial y de servicios, y se destaca la iglesia catedral, de moderna arquitectura. La fachada está compuesta por catorce hexágonos que representan el cuerpo místico de la Iglesia. Doce figuras de igual porte simbolizan a los primeros apóstoles. La completan una figura de mayor porte atravesada por una cruz que representa a Cristo y otro hexágono de forma diferente que ostenta una corona y simboliza a la Virgen María.
Yendo hacia Quintana y Pellegrini, está el Museo Provincial de Ciencias Naturales. Fue habilitado el 9 de julio de 1935 y posteriormente reinaugurado el 25 de mayo de 1957. Posee dos grande secciones, la de ciencias naturales, con una completa colección de la fauna regional y un sector de botánica, y la sección de arqueología histórica, integrada por abundante material indígena y de la Conquista del Desierto. Se destacan los hallazgos del sitio Casa de Piedra, cuya antigüedad ha sido datada en 6670 a. C.; y las pinturas rupestres halladas en las sierras de Lihuel Calel, así como placas grabadas del valle Daza y Hucal, que testimonian el comportamiento y las costumbres de los antiguos pobladores de la región.
Muy cerca, apenas a media cuadra, está el Centro Municipal de Cultura (Quintana 174), sede permanente de exposiciones, donde se concentran múltiples actividades que hacen al desarrollo social de la capital. Tiene un auditorio para más de 100 personas y un patio de artesanos. Contiene, además, el archivo histórico municipal.
Continuamos con nuestro recorrido por el Museo de Artes, ubicado en 9 de Julio y Villegas, donde se puede apreciar una colección de piezas de autores provinciales y nacionales, entre pinturas, dibujos, esculturas, cerámicas, grabados y fotografías. Desde su origen, este edificio cumplió diferentes funciones: vivienda de su fundador, casa de huéspedes, luego Jardín de Infantes de la Escuela Normal mixta, más tarde taller de algunos artistas plásticos en los años ´60, biblioteca de la Escuela Normal y sede del Departamento de Suelos, hasta su recuperación edilicia para el museo por parte de la Subsecretaría de Cultura de La Pampa y el Centro Pampeano de Artistas Plásticos, en el año 1987.
Entre los edificios más emblemáticos de la ciudad está el Teatro Español, en H. Lagos 44. Está abierto desde 1908 y tiene una de las salas más impactantes del país. Su estilo es admirado y elogiado por artistas de todo el mundo. Tiene detalles tales como las cariátides del escenario, los medallones de la arcada, los capiteles de las pilastras y demás ornamentaciones que responden al barroquismo. Allí se puede disfrutar de zarzuelas, óperas, recitales de música y canto, teatro, hasta conferencias.
A pocos pasos de la Legislatura provincial está el santuario Nuestra Señora de Fátima, situado sobre la plaza Don Bosco. Frente al santuario se levanta la ermita del Cristo Pensante, cuya imagen de madera de tilo fue donada por la comunidad polaca.
Para terminar, nos alejamos hacia el norte en búsqueda del monasterio de las monjas carmelitas. Está junto a la Casa de Nazaret y aquí las monjas viven en claustro y solo se puede conversar con ellas a través de rejas que poseen los locutorios.