Desde sus orígenes, la Calle Angosta rinde homenaje a los folcloristas que consagran su arte a la música, la danza y la amistad.
Todos los años Villa Mercedes se viste de gala para recibir la Fiesta Nacional de la Calle Angosta, que identifica las costumbres y gastronomía de sus habitantes. Durante cuatro días en los que todo es música, color y alegría, se desarrolla el mayor encuentro popular de la ciudad.
Como adeptos al folclore nacional y a la música cuyana, nos acercamos a la ciudad y a su escenario Alfonso y Zabala, donde se daba cita una nueva edición de la festividad. A lo largo de sus noches veríamos una sucesión de números de gran jerarquía, con artistas locales, cuyanos y primeras figuras de la canción popular.
Lo primero que nos llamó la atención fue la gran cantidad de visitantes que la ciudad había recibido para el evento. Cuando conocimos el programa y croquis de las actividades, comprendimos el porqué de la presencia de tanta gente.
Nos interesó conocer la historia de esta calle mercedina que hace 100 años era adoquinada. Fue paso obligado de carros y carretas que despachaban productos regionales por la vía férrea que circulaba a su vera. Dicen que los empleados del ferrocarril se reunían en los distintos despachos de bebidas a tomar un vino, contar sus anécdotas y despuntar el vicio del canto y la guitarra. El bar más conocido fue el de don Miranda. Allí tomaron forma infinidad de piezas musicales; tanto la calle como el boliche quedaron plasmados en la letra y música de la cueca que compusieron Alfonso y Zabala.
Vivimos un auténtico festival folclórico, donde además de las actuaciones del escenario se arman peñas muy animadas que suelen terminar de madrugada. Con alegría comprobamos que el folclore sigue vivo y que la música cuyana no decae por el gran afecto que le tienen sus seguidores.
Canto, danza, todo tipo de instrumentos musicales acompañan las tonadas, gatos, valses y cuecas. Sus textos cuentan con gran contenido poético, que hablan del hombre, sus faenas, su vida en el hogar y sus maneras de honrar la vida.
Nos emocionó escuchar las Cien Guitarras Mercedinas, conjunto local afamado, tocando la cueca “Calle Angosta”, de ritmo muy alegre, que se considera el espíritu de la fiesta. El público acompañó con palmas y coro cada una de sus estrofas y todos nos sentimos involucrados con esta música pegadiza.
La Fiesta de la Calle Angosta es un espacio para el entretenimiento pero también para honrar a tantos folcloristas que han dejado su impronta musical para que todos la disfrutemos.