El alto nivel de las investigaciones que se llevan a cabo contrasta con la inhóspita geografía circundante.
La historia relata la llegada de un explorador español en 1603, luego de varios intentos similares de otros navegantes intrépidos. A partir de allí, hay certeza en cuanto a la presencia constante de cazadores de focas procedentes del sur de Chile y Argentina durante varias centurias.
A partir de la celebración del Año Geo Físico Internacional en 1957 se gestó el Comité Especial de Investigación Antártica. La principal intención de esta institución apolítica integrada por varios países fue coordinar las actividades de investigación. Es por ello que durante cada verano austral el continente antártico se convierte en un sitio internacional de estudio de lo que acontece en el medio ambiente global.
A ello se suman investigaciones realizadas a fines del siglo XX por exploradores japoneses acerca de la caída de meteoritos. Otros temas han sido el constante análisis del comportamiento de los glaciares y algunas conclusiones acerca de vida extraterrestre. Por eso, el continente antártico se considera una biblioteca valiosa en la que se obtienen lecturas del pasado, del presente y del futuro.