De día, la plaza 9 de Julio es hermosa por donde se la mire. De noche se vuelve única, maravillosa. Sentarse a tomar algo en los pequeños cafés que la rodean es una parada obligada. Imperdonable no hacerlo.
Ubicada entre las calles Caseros, Zuviría, España y Mitre, la plaza 9 de Julio fue el solar que Hernando Lerma eligió para fundar la ciudad en 1582.
Esta plaza nació como plaza de armas, y fue el lugar donde por aquel entonces se hacían las formaciones militares y se leían los edictos del rey de España, y donde por supuesto se realizaban las primeras fiestas populares. En 1871 se decidió iluminarla a querosen, y más tarde se pusieron los primeros bancos para los ancianos y para fomentar la lectura de los diarios locales.
Recién en 1920, Salta comenzó a recibir los primeros detalles de la independencia nacional. Una fuente de claro estilo francés fue inaugurada en el centro de la plaza y aún hoy se conserva intacta y reluciente. En 1992 la plaza fue restaurada respetando su estilo original y la enorme cantidad de árboles que existen en su superficie.
La Catedral y el Cabildo son hoy dos de las perlas que rodean a esta plaza , aportándole magia a todo el entorno por sus luces y formas arquitectónicas.
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