Atraídos por los Saltos del Moconá y la naturaleza virgen de la Reserva de Biósfera de Yabotí, la ciudad de El Soberbio recibe muchos visitantes. A corta distancia del centro, el curso del río Uruguay ofrece maravillosos accidentes geográficos que pueden ser admirados.
Este poblado de esencia agrícola creció en el punto en que se unen los ríos El Soberbio y Uruguay. Recorrimos la zona céntrica y nos llevó unos pocos minutos conocer sus sitios estratégicos, incluyendo la calle principal, su costanera y todos los servicios de excursión.
Caminando por el bulevar, observamos una curiosidad: un carro de los que se utilizan para llevar carga, tirado por un cebú con un pelaje gris claro, casi blanco. Este animal magnífico era muy apreciado por los colonos por su robustez para realizar los trabajos pesados del campo.
Anduvimos a pie por la costanera buscando el atractivo de algunos miradores situados en puntos algo más elevados. Notamos que los lugares de encuentro son las cervecerías y restaurantes e hicimos lo propio: degustamos sus especialidades mientras disfrutábamos de la vista del río, al frente.
Charlando con los del lugar, supimos que la población aún conserva apellidos de origen europeo. Alemanes y ucranianos llegaron a mediados del siglo XIX; se dedicaron a la agricultura y a las jangadas en las que transportaban madera de la región. También es común encontrar descendientes de las razas aborígenes y personas oriundas de la República Federativa del Brasil, por ser El Soberbio punto fronterizo.
De todo ello surge una cultura muy particular; en algunos lugares se escucha hablar el característico “portuñol”, una variedad lingüística que unifica vocablos de la lengua española y portuguesa. También se aprecian canciones “gaúchas” acompañadas por guitarra.
+ Info:
http://www.welcomeargentina.com/elsoberbio/