En Tinogasta, sólo hay que hablar de la ruta del adobe para que en forma inmediata entiendan de qué estamos hablando o, mejor dicho, sepan qué es lo que queremos ver.
La Ruta, como la llaman los tinogasteños, es un trayecto de casi 50 kilómetros que atraviesa poblados y pueblitos de una antigüedad mayor a los 300 años y que el paso del tiempo parece haber abandonado a la vera de Dios. Desde viejas casas y construcciones a un sinnúmero de iglesias y edificios construidos con el mismo material y la misma técnica: el adobe.
Las iglesias de adobe son las construcciones que más llaman la atención del visitante. Sus cúpulas redondeadas, sus formas y líneas, sus arcos y sobre todo su color, marrón terracota, las hacen únicas.
El adobe (para quien no lo conoce) es uno de los materiales más nobles que tuvo el hombre desde su remoto pasado para construir sus viviendas. Es una mezcla de arcilla, pasto o paja, tierra y agua, tan simple pero tan duradera. Aunque siempre estuvo asociado a la pobreza o a lo precario, sus ventajas son múltiples. Las temperaturas exteriores, tanto bajas como elevadas, tardan en entrar más de 4 horas cuando las paredes son de adobe; hoy, una pared de cualquier vivienda moderna iguala en cuestión de minutos la temperatura interna con la exterior.
+ Info:
http://www.welcomeargentina.com/tinogasta/