¿Quién dijo que no existen olas de arena? ¿A quién se le ocurrió que se puede hablar de surf únicamente cuando hay agua debajo? En Tinogasta nada es imposible, ni siquiera el surf en la arena.
Hacia Saujil
Joel es de esos tipos que saben lo que es bueno. “Prepará todo que nos vamos a surfear”, me dijo un rato después de habernos conocido y por la tabla que tenía en sus manos supe que no se trataba de un chiste.
El sandboard es una disciplina nueva que nada tiene que envidiarle al surf. Para practicarla es necesario tener una tabla que se desplace por una superficie lisa lo bastante resbaladiza como para lograr velocidad y, si encima tiene una moderada pendiente, es como si estuviéramos en la cresta de una ola.
Todo esto existe y ocurre en Tinogasta, más precisamente en las cercanías de la pequeña Fiambalá, al pie de un enorme cerro de arena cuyas lenguas blancas interminables esconden adrenalina.
Decenas de jóvenes pasan allí sus días de verano subiendo y bajando a toda velocidad estas hermosas montañas naturales. Lo hacen hasta una docena de veces incorporando a sus bajadas obstáculos, rampas y demás alternativas para que la actividad se vuelva más que interesante.
Primera escuela
Joel junto a sus amigos ha desarrollado en Tinogasta la primera escuela de sandboard y han comenzando a prepararse para llevar a cabo muy pronto el primer campeonato local de la actividad, el cual seguramente será declarado de interés local como así también provincial. No por nada, distintos visitantes europeos quedan fascinados por estos grandes médanos y por la práctica que aquí se puede desarrollar del sandboard, la cual en sus países de origen se ve limitada a tan solo pequeñas alturas.
Hoy, muchos surfistas de estas arenas se vuelven locos cuando Joel comienza a adentrarlos en un paisaje prácticamente lunar, donde la fina y blanca arena invita a dejarse llevar y lanzarse al vacío en busca de adrenalina y velocidad. Todo vale para divertirse, desde saltos acrobáticos, posiciones, tiempos, marcas, desplazamientos, todo lo que el visitante se proponga en Tinogasta es posible, incluso surfear en la arena.