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De chico conocí Sierra de la Ventana. Lo primero que me viene a la mente cuando ando por la zona es el recuerdo de mis padres sobre dos bicicletas llevándonos a mi hermano y a mí a recorrer la magia de sus calles, caminos y pequeños senderos que aún hoy, después de casi treinta años, continúan prácticamente idénticos.
Esto hace que Sierra sea diferente a casi todos los pueblos que se le asemejan en la provincia de Buenos Aires. Quizás por ello, la tentación fue más fuerte y la nostalgia ganó la partida. La sabia decisión de alquilarme una bicicleta se hizo real. Así, sobre dos ruedas, comencé a recordar viejos tiempos.
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La estación de tren, impecable y renovada como siempre, sería el punto de partida y llegada del recorrido que iniciaría en cuestión de minutos. Agua mineral, un par de barritas de cereal y, por supuesto, la cámara de fotos, infaltable compañera de aventuras.
+ Info:
http://www.welcomeargentina.com/sierradelaventana/bicicleta-sierra-de-la-ventana.html