Después de varios intentos frustrados de poner churrerías en Buenos Aires, en el verano de 1968 Hugo y Cacho instalaron la primera churrería de Villa Gesell gracias a que Juan, un amigo de ambos, los convenció.
Donde terminaba por ese entonces Villa Gesell, en la avenida 3 y la calle 110, encontraron el local más barato para ubicar la primera fábrica e instalaron en ese local las máquinas que trajeron de Buenos Aires.
Llamaron a un letrista para pintar la vidriera y entre todos decidieron seguir con la tradición porteña de ponerle “Fábrica de churros”; así, a secas. El letrista les recomendó ponerle algún nombre y les sugirió “El Topo” por Gigio, uno de los personajes más importantes del momento en la TV. Y así fue.
Pero lo que llamó y aún hoy llama la atención de todo aquel que recorre Gesell es que para lograr las miradas de quien camina o recorre la calle decidieron poner el cartel al revés, pensando que así la gente se detendría a ver qué decía. Esa es la historia del mítico cartel dado vuelta.
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