Durante el mes de febrero el carnaval es el gran protagonista en Tilcara. En esta esperada época del año las polvorientas calles de esta ciudad y de los pueblos vecinos de la Quebrada de Humahuaca, como Maimará, se visten de fiesta y colores varios.
Pero lo primero que hay que hacer para comenzar los festejos es desenterrar al diablo del carnaval, un pequeño muñeco (pucllay) que imita a un diablo y que simboliza al sol, quien para los locales es el encargado de fecundar a la tierra (Pachamama).
Creencias y ritos populares, pero también muchas filosofías de vida propias, todo vale para divertirse. La fe religiosa se fusiona con las creencias populares y lleva a que en el centro y en los alrededores del pueblo comiencen los esperados y excéntricos festejos.
Porque el carnaval en Jujuy también es eso. Descontrol, alegría, diversión y, por supuesto, fiesta que llega con el verano y con su época de lluvias. El agua abunda y vale mojarse, aunque sea de noche o haga fresco. Como una especie de bendición igual a la que genera un bautismo, mojarse en carnaval es una forma de purificación.