Basta que empiece a llover para que todo se transforme, y Mar del Plata no es una excepción a esta máxima. Con lluvia, todos sus paseos se vuelven distintos, por momentos irreconocibles, incluso el mar.
Su malecón o costanera, a la que los marplatenses bautizaron "rambla" es uno de los atractivos que con lluvia, frío y viento aleja a todos sus vecinos, pero que aún así atrae a los turistas que llegan a conocer a "La Feliz".
Con días nublados, las caminatas sob de lo más buscadas. Mar del Plata posee acantilados, médanos y extensas playas de arena que se prestan para disfrutarla. Basta con dejar el hote luego de haber desayunado, tomar un abrigo y salir a andar.
Muchos ponen como destino inmediato atravesar distntas partes de la ciudad hasta llegar a su puerto para observar la vida diaria de quienes salen a la mar a hacer lo suyo para que a las distintas pescaderías y restaurantes de la ciudad llegue la pesca de todos los dias.
Otros le ponen fichas al Casino local y a la vida cultural de esta bella ciudad. Su bohemia se asemeja a la ciudad de Buenos Aires.
Los lugares y paseos más destacados incluyen la plaza Colón, el Torreón del Monje, el barrio Los Troncos, el puerto, Punta Mogotes. Por la noche, sus pubs, discos, bingos y el famoso Casino de Mar del Plata están preparados para recibir a los clientes más exigentes.
Las salas de teatro de la ciudad se colman de público ante la presentación de las obras más destacadas de la temporada. Sus inmediaciones son también bellas; se puede acceder a lugares como la laguna Sierra de los Padres, las playas de la cercana Chapadmalal o la serrana ciudad de Balcarce.
Por eso, cuando llueva pensalo, Mardel siempre te espera...