Las represas y diques construidos sobre el curso del río Limay modificaron el paisaje árido de la estepa cambiando su forma y color. Un ejemplo de esto es el dique Arroyito, que posee aguas de un verde azulado, frondosa vegetación y variada avifauna, todo lo necesario para convertirse en uno de los lugares más vistosos de la zona.
Para llegar sólo hay que seguir la ruta 22 unos 56 kilómetros en dirección a la capital neuquina, donde se encuentra el desvío indicado.
El vibrante turquesa de la laguna, que fue formada al extraer los materiales áridos para construir el dique, contrasta con el verde de los árboles.
La biodiversidad también está representada por una considerable cantidad de patos, zorzales, calandrias, golondrinas, gaviotas, garcitas, biguás, cisnes de cuello negro y avutardas que habitan en el entorno y se prestan para los avistajes y safaris fotográficos.