Situada a 316 kilómetros de Río Gallegos, la ciudad de El Calafate debe su nombre a un arbusto pequeño que se encuentra en el sur de la Patagonia. El fruto de este arbusto queda delicioso en dulces, y cuenta la leyenda que su sabor es tan irresistible que quien lo prueba nunca se ve saciado. La expedición que permitió en primera instancia un acercamiento a la zona fue sin duda la de 1867, organizada por el Capitán Luis Piedra Buena y a las órdenes de Guillermo Gardiner. Esta expedición terrestre se dirigió a las nacientes del Río Santa Cruz y navegaron por la margen sur del río durante 33 días de ida y 16 días de vuelta. Fue así como en el recorrido llegaron muy cerca de lo que hoy es El Calafate, y encontraron el arroyuelo que viene de los cerros y la Isla Solitaria. Hicieron reconocimientos parciales pasando por Chorrillo Malo hasta el Lago Roca, y se entusiasmaron con la idea de encontrar un paso hacia el Pacífico. Fue en esta expedición que se descubrió el Lago al que luego Moreno, en 1877, daría el nombre de Argentino. Este lago da origen al Río Santa Cruz. Comenzaba recién el año 1877, y Carlos Moyano y Francisco Moreno se largaban a una nueva expedición del Río Santa Cruz, comenzando en la Isla Pavón. Siguieron por el Río La Leona, al norte, hasta el Lago Viedma. Más adelante pasaron por el Río Chalía, el Lago San Martín y el Lago al que los habitantes de la zona habían dado en llamar Tar. Así se iba conociendo más y más en profundidad el Lago Argentino, y fue esta la expedición que dio nombre a los Montes Frías, Buenos Aires, Moyano, Stokes, Fitz Roy y Punta Avellaneda, además de bautizar como Punta Bandera al lugar (en la división del Brazo Norte y Sur del Lago Argentino) donde decidieron asentar el pabellón Nacional. El primer nombre que tuvo el Glaciar Moreno, en 1879, fue el de Francisco Gormaz, en honor a quien fuera por entonces el Director de la Oficina Hidrográfica de la Marina de Chile, que patrocinaba la expedición al mando de la cual estaba el capitán inglés de la Armada Chilena, Juan Tomás Rogers, que fue quien vio en ese momento el Glaciar por primera vez. Más adelante, la Comisión Argentina de Límites, le daría el nombre del canciller prusiano Bismark. Finalmente, en 1899, llegó el momento de que adoptara su nombre definitivo. Quien lo bautizó, en honor al Perito Moreno, fue el Teniente Iglesias, que estaba haciendo unos estudios para el Instituto Hidrográfico Argentino. Alcides Mercerat, un científico francés que decidió explorar el Río Santa Cruz hasta el Lago Argentino y la Cordillera del Payne, fue quien primero comenzó con las investigaciones geológicas y arqueológicas de la zona, en 1892. Tres años después tomó la posta de las investigaciones Carlos V.Burmesteir, un ingeniero que se encargó de la mensura de las tierras públicas además de ser un eximio coleccionista del Museo de Ciencias Naturales de Buenos Aires. Él fue quien viajó a los Lagos Argentino, Viedma y San Martín en busca de más material arqueológico y quien en 1901 exploró el sur del Río Santa Cruz. Del Parque Nacional Los Glaciares (que cuenta con una superficie de 600000 hectáreas aproximadamente) se desprenden nada menos que 47 glaciares. Por nombrar sólo algunos, podemos citar el Marconi, Viedma, Moyano, Peineta y Spegazzini entre otros.
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