El Cañadón de los Muertos forma parte de un circuito histórico cultural que nos permitió entender detalles de algunos hechos sucedidos en la zona que, por su crueldad, tomaron estado público hace ya muchos años.
Acompañados de un guía para comprender más profundamente su importancia, nos dirigimos a ese desolado paraje donde una hondonada profunda marca el terreno como una herida abierta. En ese lugar, jornaleros rurales que mantenían una huelga fueron asesinados por personal del Regimiento 10 de Caballería de la época.
Ese exterminio surgió por la disconformidad de esos trabajadores con las condiciones desfavorables con que se llevaban a cabo las faenas de campo y la actitud de sus patrones durante los años 1920 y 1921.
El guía nos comentó: “Corría el mes de noviembre de 1921 cuando la represión tomó estado de crueldad. Unos 200 peones fueron llevados engañados y a la fuerza hacia dicho cañadón, donde les hicieron cavar sus propias fosas; fueron fusilados y posteriormente cremados y enterradas sus cenizas”.
Nos corrió un escalofrío por el cuerpo al imaginar esa terrible escena, mientras observábamos que una cruz y una placa rinden homenaje a aquellos hombres que dieron su vida por pelear por sus derechos laborales y humanos.